“Sueña el mañana y hazlo un hermoso despertar” nos dice la vida. Encuentra la canción olvidada. En el silencio de tu ser vuelve a encontrar tu estrella en la infinita noche de los mares. En el nacimiento de un nuevo tiempo; de un nuevo cielo; de un nuevo ser dentro de ti; de una nueva aurora y nueva promesa.
¿Quién eres? -pregunté a la voz en el viento- “Soy la canción de ayer que un día olvidaste. La que una vez cantabas ante el árbol del nacimiento del Niño Jesús. Después a la orilla de un río, y otra cuando te enamoró la vida. Quiero que me vuelvas a cantar. Que vuelvas a ser niño, canción, promesa, dulzura, esperanza…”
Sueña pues, con el mañana del tiempo nuevo, ya que todos los años son nuevos, como todos los instantes, como todas las ventiscas de la añoranza. Como todas las promesas cumplidas y por cumplir, nombradas por la brisa del tiempo. Como tu nueva canción que puede ser la que un día olvidaste y vuelve a renacer como el tiempo feliz que se perdió en la memoria. El mismo que hoy repite la presurosa voz del vendaval.