La Cámara de Comercio e Industria de El Salvador entregó la semana anterior su máximo galardón La Palma de Oro a la comunidad de “hermanos salvadoreños en el mundo” por su “invaluable” contribución al desarrollo económico.
También la Asamblea Legislativa aprobó la Ley Especial Transitoria de Incentivos y Tratos Preferenciales Destinados al Favorecimiento de la Repatriación de Salvadoreños, para beneficiar a los compatriotas que decidan establecerse permanente en el país.
La administración Biden nos invitó a recientemente a celebrar el Día del Salvadoreño en la Casa Blanca y darnos la oportunidad de exponer nuestros puntos de vista de cara al desarrollo de los Estados Unidos.
Los salvadoreños que residimos en el extranjero no podemos más que agradecer profundamente estos actos que constituyen sendos reconocimientos a los esfuerzos y sacrificios de los salvadoreños que luchan por sus familias y su país en Estados Unidos, Canadá, Europa y otros lugares del mundo.
Durante el homenaje, el presidente de la Cámara, Jorge Hasbún, destacó que la diáspora salvadoreña supera los dos millones de personas, que cada mes envían a su familiares millones de dólares en ayudas económicas que estimulan la dinámica productiva.
Solo en 2022, las remesas familiares superaron los $7,800 millones y son el sostén para un 25% de los hogares. El Salvador es el tercer país de América Latina que más depende de estos ingresos, con una participación de un 24 % del Producto Interno Bruto (PIB).
La diáspora también ha mostrado interés en apoyar iniciativas de inversión, sobre todo en los rubros de turismo, residencial, mecánica automotriz, agricultura y energía renovable.
Por ejemplo, América Global Group está preparando para el 30 de noviembre y 1, 2 y 3 diciembre la Segunda Expo de Vivienda para salvadoreños residentes en Maryland, Washington y Virginia, que quieren comprar sus casas en El Salvador e invertir en ellas pensando en un futuro retorno o la comodidad de sus familias.
Este proyecto se desarrolla en vista del éxito que tuvo la Expo desarrollada en agosto en Los Ángeles, California, con la participación de diferentes empresas e instituciones bancarias centroamericanas.
Precisamente se está promoviendo que la diáspora invierta y genere desarrollo en su tierra.
En esto son importantes incentivos como la Ley Especial Transitoria de Incentivos y Tratos Preferenciales Destinados al Favorecimiento de la Repatriación de Salvadoreños, que permitirá que los salvadoreños que residen en el extranjero y trasladen su domicilio a El Salvador puedan traer sus bienes y vehículos, una sola vez, sin tener que pagar impuestos por un menaje que no pase de los $70,000.00, según se ha informado.
Otro beneficio de la normativa es que se eximirá del pago de impuestos a los connacionales para que puedan importar dos vehículos automotores livianos para uso particular, familiar o laboral, según se informó oficialmente.
Según informó la Asamblea Legislativa, el acceso a los diferentes servicios que ofrece la banca local es otra facilidad que se le dará a la diáspora. En los casos en los que se requiera entregar un récord crediticio para demostrar la capacidad de pago, los interesados podrán presentar su historial crediticio, declaraciones de impuestos o cualquier otro documento que ampare la actividad financiera realizada en el extranjero.
Beneficios como estos son reconocimiento a ese legado que al que se refirió Jorge Hasbún y que muchas veces pasa inadvertido, pero que muestra que nuestros compatriotas “continúan creyendo y apostando por El Salvador” sin importar las dificultades.
Estas son palabras alentadoras para una comunidad dispersada en el mundo que hasta ahora se ha sentido como “héroe anónimo” o silencioso que sostiene la economía salvadoreña a través de las remesas, pero sólo parece recordarse precisamente por ese hecho, pero no por los sacrificios que deben enfrentar con trabajos duros e intensos tanto para fortalecer la economía de los países que los han recibido como la de El Salvador.
Hay más por hacer, pero “se hace camino al andar”, como decía Machado.
Seguimos luchando desde nuestras trincheras por nuestras familias, nuestros hijos y por un mejor El Salvador.
Fundador del Corredor Salvadoreño en Los Ángeles, presidente de América Global Group, creador de la Primera Feria de Vivienda e Inversión para comprar en El Salvador desarrolladas en Los Ángeles, Maryland y Nueva York.