La nuez del Brasil sólo puede darse en medio de la selva virgen. Esto es debido al delicado equilibrio ecológico del cual depende la vida del árbol. Allá existe un tipo de abeja que poliniza sus flores y que sólo puede vivir en selvas que no haya alterado la civilización. Yo comparo a esa nuez milagrosa con el verdadero amor. El amor puro e ideal sólo puede darse en la fronda virgen del alma humana, libre de dolor, limpia y sin mácula. Surge desde la selva interior del ser. Si el bosque está impuro, lleno de sentimientos destructivos: odio, envidia, celos, egoísmo, crueldad o desdeño, no puede darse el milagro de esa preciada nuez que es el verdadero amor. El gobierno de Brasil protege la selva virgen pues -tanto la nuez como la variada y maravillosa fauna- sólo pueden darse y prosperar en un hábitat libre de contaminación y lejos de la acción depredadora de la civilización. Aún sus tribus mágicas sólo pueden sobrevivir alejadas del mundo moderno y de la violencia industrial. Un claro ejemplo de la sabiduría de Natura, dentro del equilibrio sistémico de la biosfera con su flora y fauna. Una lección también para el perturbado hombre moderno al medio de una florida y amenazada Creación.
Nuez milagrosa de la selva virgen
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