La economía de América Latina y el Caribe crecerá este año 2%, un poco más de lo previsto pero menos que las demás regiones del mundo con lo que sigue sin reducir la pobreza, informó ayer el Banco Mundial.
La organización financiera pronosticó en abril que la economía regional crecería en 2023 1,4%, un porcentaje que ha subido en sus últimas perspectivas.
Brasil crecerá 2,6%, Colombia 1,5%, Costa Rica 4,2%, República Dominicana 3,1%, Ecuador 1,3%, El Salvador 2.8%, Guatemala 3,4%, Honduras 3,2%, México 3,2%, Perú 0,8% y Uruguay 1,5%.
La economía de Argentina se contraerá en cambio 2,5% y la de Chile 0,4%. El Banco Mundial no proporciona datos sobre Venezuela.
Según los pronósticos de la organización, el crecimiento regional será flojo en 2024 (2,3%) y 2025 (2,6%).
“Estas tasas, similares a las de la década de 2010, no son suficientes para lograr los avances tan necesarios en materia de inclusión y reducción de la pobreza”, advierte el Banco Mundial.
Es lo que más preocupa a William Maloney, economista jefe de la institución financiera para América Latina y el Caribe.
Lo esencial, según él, es no dormirse en los laureles y definir “qué hacer para crecer”.
Sin estrategia clara
“Yo no veo una estrategia muy clara para aprovechar el momento en el nearshoring (deslocalización de servicios a una zona cercana) y, en muchos casos, en la transición verde tampoco”, declaró a la AFP.
Además, recuerda, América Latina sigue sin recuperar el retraso en términos de infraestructura y formación de capital humano.
“La región ha demostrado ser en gran medida resiliente a los diversos shocks externos posteriores a la pandemia, pero lamentablemente el crecimiento sigue siendo anémico”, coincide Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, citado en un comunicado.
El contexto global, aunque mejor que seis meses atrás, no ayuda, con las consecuencias de las altas tasas de interés, el bajo crecimiento en las economías avanzadas y las perspectivas inciertas para China.
Los gobiernos latinoamericanos también se enfrentan a restricciones fiscales, que “limitan la posibilidad de hacer las inversiones necesarias”, apunta el informe.
Aunque “la relación deuda-PIB se estima en 64%, frente al 67% de hace un año, todavía está por encima del 57% registrado en 2019 y las altas tasas elevaron la carga que representa el servicio de la deuda”, añade el banco.
Pese a todo la entidad financiera ve mejorías: “La pobreza y el empleo han vuelto en general a sus niveles previos” a la pandemia y “la inflación, excluyendo a Argentina y Venezuela, ha caído a un promedio regional del 4,4 %”, por debajo de la media de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Economía digital
Los expertos del Banco Mundial estiman que América Latina tiene que buscar la manera de no quedarse rezagada y aprovechar las ventajas de la economía digital.
Pero sin perder de vista que “la conectividad digital y las tecnologías asociadas no son una solución mágica”, precisó Maloney en rueda de prensa este miércoles. Es más, sin objetivos claros podría “exacerbar las desigualdades”.
Hay que empezar por aumentar el acceso a internet móvil, muy extendido en la región pero todavía con 45 millones de personas en áreas sin red de banda ancha.
Además, sólo el 42% de la población de las zonas rurales tiene acceso a internet fijo. En el 55% de los hogares con algún tipo de conexión a internet, el problema es la calidad.
También existen brechas entre países e incluso entre aquellos que viven en zonas de cobertura digital, ya que 240 millones de personas optan por no conectarse porque es caro, desconocen las ventajas de hacerlo o no saben aprovechar esta tecnología.