Quienes amamos a la Patria conmemoramos este día las luchas de nuestros Próceres para emanciparnos de la dictadura del rey Fernando VII, un desquiciado cuyas crueldades y excesos victimizaron tanto a españoles como a sus súbditos americanos, sadista destronado por José Bonaparte, hermano del autoproclamado emperador Napoleón y cuya afición por el alcohol le ganó el sobrenombre de “Pepe Botella”.
La gesta libertaria, iniciada el 5 de noviembre de 1811, fue un camino de sacrificios, persecución y, para algunos, muerte, hasta proclamarse, el 15 de septiembre de 1821, la Emancipación de las cinco parcelas centroamericanas.
El lema “Dios, Unión y Libertad” siempre guió a los nobles espíritus de las cinco naciones en los momentos sombríos y difíciles de nuestro andar.
Desde el nacimiento de nuestras repúblicas el prócer José Simeón Cañas promovió la abolición de la esclavitud, cinco décadas antes que el presidente Abraham Lincoln decretara la libertad de los esclavos en todo el territorio de los Estados Unidos, los que de inmediato recibieron el beneficio de ser ciudadanos de la gran nación.
La libertad de los esclavos se decretó simultáneamente con las libertades individuales, entre ellas la libertad de expresión, de movimiento, de reunión, que de ser reprimidas equivalía a una forma de servidumbre incompatible con los ideales de nuestros Próceres. Esas libertades, como dijo el insigne pensador alemán Goethe, deben conquistarse cada día para merecerlas, lo que significa liberar el espíritu y el intelecto de bajas y viles pasiones, de ignorar el sufrimiento ajeno, de no aprestarse, como el buen samaritano de la parábola de Nuestro Señor Jesucristo, a asistir en la manera que podamos a los que sufren y son víctimas de injusticias.
Ser patriota es rechazar excesos, crueldades programadas, abusos a gente indefensa, atropellos a nuestras mejores tradiciones. Ser patriotas significa acatar los preceptos de la razón, de la hermandad con pueblos tanto libres como victimizados, rechazar atropellos y genocidios como los que en estos momentos están perpetrándose en Ucrania al igual que las demenciales imposiciones de enloquecidos como los ayatolas de Irán. Toda forma de persecución, de intolerancia, de lo que coarte libertades de gente honesta va contra los principios por los cuales lucharon nuestros Próceres.
Protejamos a niños y jóvenes pues son el relevo generacional
El patriotismo defiende a la mujer abusada, condena y le asquea el feminicidio y procura defender a niños y jóvenes de toda forma de abuso, considerando que son seres indefensos que asumirán el relevo generacional, por lo cual debe procurarse que crezcan y se desarrollen sin traumas ni resentimientos. A los niños y jóvenes, al igual que a todo aquel que busque superar su condición, hay que procurarles las mejores oportunidades, motivo por el cual entristece mucho el dilapidado estado de nuestras escuelas y la confiscación de los recursos del INSAFORP para fines no confesados.
Irónicamente, en Casa Presidencial se exhibe un cuadro del Padre de la Patria, José Matías Delgado, y otro de San Romero, que nunca participó en las gestas libertarias de nuestros Próceres pero que seguramente lo habría hecho de haber vivido entonces como también lo haría en este momento ante la injusticia, los abusos, la censura, la imposición…
Recordamos en este espacio también a los demás Padres Fundadores de la Patria Centroamericana, como Manuel José Arce, Juan Manuel Rodríguez, Domingo Antonio de Lara, Pedro Pablo Castillo, los hermanos Vicente, Nicolás y Manuel Aguilar, Santiago José Celis y tantos otros que pagaron su ideal con cárcel, destierro y hasta con sus vidas…
¡Loor a los Héroes de la Libertad!