¿Quién ha alumbrado más al mundo con su obra: Edison, el físico americano creador de su lámpara de incandescencia o Jesús, el profeta arameo con su doctrina de amor y salvación? La obra de cada uno de ellos proyecta una luz diferente. La luz de la lámpara del “Efecto Edison” era una luz física, en tanto que la del Mesías libertador era una luz espiritual, sanadora. La primera nos haría ver el camino físico, en tanto que la otra el invisible sendero de la verdad y la iluminación espiritual. Tomás Alva Édison, físico americano (l847-1931) fue inventor de numerosos aparatos eléctricos, en particular del fonógrafo y del ya mencionado bombillo incandescente que alumbra las ciudades, escenarios y hogares del mundo. Su “lámpara maravillosa” de Aladino también iluminó las eras y autopistas de la evolución humana. Debemos ser “lámpara y refugio” de nosotros mismos, aconseja la sabiduría antigua. Pero muchos vagarán por allí, entre sombras, bajo la luz cenital del día o de la lámpara incandescente. La misma que ilumina las ciudades del mundo moderno, en tanto el verbo de Jesús, el corazón humano. Es al fin, la magia de la física moderna y la magia del Amor divino, brillando en las tinieblas de nuestra última civilización.
Edison y Jesús, alumbrando al mundo
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