En cuatro años de gobierno de NI, el nivel de pobreza y el costo de la canasta básica han aumentado. No se sabe si eran parte de los objetivos del desconocido Plan Cuscatlán, pero es algo que nadie puede negar, ya que está respaldado por cifras confiables y lo demuestran las desafortunadas decisiones que toman las diferentes instituciones del Estado. Pues el camino más expedito y seguro para aumentar la pobreza es aniquilar la educación, para promover la ignorancia.
Recientemente, en otro martes de préstamos de la Asamblea Legislativa, con dispensa de trámites y ninguna discusión, los diputados aprobaron cuatro decretos para reformar la Ley de Presupuesto 2023 para incorporar $77.1 millones a diferentes ramas del Estado. Aunque la propuesta original era la modificación por $89.6 millones, $12,400 millones para el ramo de Salud no se aprobaron. ¿Para qué? Si el pueblo ignorante no tiene por qué exigir mejores servicios, y debe conformarse con la mentira de que el cascarón llamado Hospital El Salvador, es el mejor de Latinoamérica.
El Salvador está rezagado en las metas educativas de la Agenda 2030 en matrícula de educación inicial, media y superior, según revela informe de la Red Salvadoreña por el Derecho a la Educación (RESALDE). “Necesitamos una inversión fuerte para llegar a impactar la calidad de la educación. El sistema educativo que no está avanzando. Falta de apoyo en el porcentaje del PIB. Es una prioridad para El Salvador y el mundo tener acceso a datos.” Comentarios que carecen de importancia para el GOES, pero preocupan a los docentes miembros de las principales gremiales.
Según la ex titular del MINED, Lic. De Varela, la prueba AVANZO sustituyó a la PAES en 2020, primer año de la pandemia, para responder a las nuevas demandas que exigía el sistema educativo, por la crisis sanitaria que obligó a enseñanza a distancia y virtuales. Este 2023 será la cuarta edición de la prueba, pero hasta el 12 de julio el MINED solo había publicado los datos de 2020 y 2021, antes de borrar las estadísticas. Los datos borrados por el MINED muestran que las PAES 2018 y 2019 tuvieron más estudiantes con resultados sobresalientes, que las dos primeras ediciones de AVANZO.
El Dr. Oscar Picardo afirma que “poco o nada se está haciendo para introducir políticas que resuelvan la deserción escolar. No hay programas para fortalecer la educación preescolar o parvularia”. Para el secretario general de Bases Magisteriales: “El principal meollo es que no hay reprobación desde primero hasta noveno grado. El alumno es promovido automáticamente en forma masiva. La única razón para reprobar a un alumno es que haya faltado 30 días en el año escolar. Pero se le ofrecen clases de refuerzo, de 45 minutos por 5 días, y aprueba. El MINED aconseja: “Promuévalo, el otro profesor se encargará de nivelarlo.” En la escuela nocturna “los alumnos de bachillerato tienen deficiencias hasta para leer sílabas. Confunden la D con la B, la C con la S. Y no pueden leer para interpretar” El secretario general de SINDOPETS recordó que desde el principio el magisterio sostuvo que AVANZO tenía un menor grado de dificultad que la PAES. “En febrero se hizo una prueba diagnóstica y los resultados fueron todavía más desastrosos, porque el promedio de alumnos no llegó ni a 4.” Una evaluación que el actual titular del MINED calificó de “punitiva, que buscaba aplazar o reprobar al estudiante”. ¿Este ministro interino, habrá dado clases alguna vez en su vida como para criticar el criterio de un experimentado docente?
Así queda comprobado que Bukele y sus secuaces tienen como objetivo para seguir en el poder, mantener a la población en la más supina ignorancia, a la que pueden dormir con limosnas de alimentos, promesas absurdas imposibles de cumplir, luchando para que la educación no les abra los ojos y les haga ver la realidad y su derecho a acceder a una mejor calidad de vida.
Maestra.