Marta Mejía se dedica a trabajar en los oficios de lavar, planchar y limpiar casas particulares. Del dinero que obtiene por los servicios que presta a sus clientes, destina una parte para la compra de alimentación y medicamentos para su hijo que padece Alzheimer.
La mujer y su hijo Raúl Neftaly Joya Mejía, de 28 años viven en el caserío El Limón del cantón La Chorrera el municipio de Santa Rosa de Lima, La Unión. Ella es la única que genera ingresos económicos para poder subsistir.
Como madre, su gran anhelo es que su hijo aprenda a leer, escribir y a firmar para que cuando ella le falte, nadie lo pueda engañar. Pero sus sueños de que Raulito como le dice cariñosamente, vaya a la escuela, están fuera de sus posibilidades, debido a que la única escuela de Educación Especial, está en la ciudad de La Unión.
Martha, manifestó que ya averiguó con algunas escuelas normales en Santa Rosa de Lima, nadie se lo quiere aceptar, “Eso me entristece, lo único que me queda es viajar hasta La Unión, para eso no tengo dinero para pagar los pasajes y llevarlo, tendría que perder la mañana de trabajo para estar con él en la escuelita porque es un niño imperativo e inquieto”.
Raúl, también quiere ir a la escuela, seguido carga un pedazo de lápiz, agarra un cuaderno o papel viejo e intenta escribir.
Para cada salida de trabajo que hace lleva a su hijo; dice que de la ración de comida que le dan para ella, se la da Raulito, “Cuando llego a trabajar a un lugar y me dan la comida, se la doy a mi niño, primero que coma él, si acaso le sobra, como yo”.
Hay días que viaja a San José de la Fuente a lavar ropa, cuando lava tres docenas, le pagan $6, de eso paga $3 el pasaje de ambos, lo demás que le quedó es para comprar las tortillas o huevos.
Por su misma situación económica, dejó de continuar llevando a su hijo a los controles médicos a San Salvador. Lo tiene el control en el hospital de Santa Rosa de Lima, asegura que los médicos son excelentes en la atención que le dan, pero hay meses que no tienen en existencia algún medicamento especial, le toca a ella que andar ahorrando para comprar las medicinas.
En las situaciones difíciles que enfrentan Marta y Raúl, encontraron el apoyo de una persona particular, de Oscar Joya López, les ha dado un pequeño espacio de su casa para que vivan, sin pagar por el alquiler.
“Los conocí cuando venían cargados con una ropa de lavar, los llevé a la casa para que conocieran y que si ella quería le daba un pequeño cuarto, a veces cuando ella puede me da para el gasto de energía, pero cuando no, eso no es problema”, agregó Joya.
Oscar agregó, que su solidaridad se debe a que el ya pasó muchos años rodando solo sin ningún apoyo, ahora lo poco que tiene como su casita y el trabajo, decidió apoyar a dicha familia.
El número de contacto de Marta Mejía es 7471 0848
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