El Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó sus nuevos pronósticos para el crecimiento económico global (WEO, por sus siglas en inglés) y actualizó las proyecciones para el contexto global hacia la baja.
Puntualmente, el organismo afirma que, si se da por hecho que "las recientes tensiones del sector financiero están contenidas", el crecimiento caerá del 3.4% en 2022 al 2.8% en 2023, antes de subir lentamente y establecerse en 3% durante cinco años: "el pronóstico a mediano plazo más bajo en décadas", afirma el Fondo.
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Para el caso salvadoreño, el multilateral también actualizó sus proyecciones sobre la dinámica económica, y pasó de un pronóstico del 1.7% de crecimiento para 2023, proyectado en octubre del año pasado, a un 2.4% en el nuevo informe, un dato considerablemente alto.
Sin embargo, la proyección del FMI es menor al crecimiento que tuvo la economía salvadoreña en 2022, pues según datos del Banco Central de Reserva toda la actividad económica del país tuvo un incremento del 2.6% el año pasado, es decir, 0.2% más de lo que el Fondo proyecta para el cierre de este año.
A propósito de este crecimiento, el BCR afirmó que sus proyecciones para el crecimiento al cierre de este año oscilan entre los 2% y los 3%, aunque no dio un número exacto, por lo que el dato del FMI podría estar en sintonía con lo que prevé la institución salvadoreña.
En este sentido, cabe señalar que de alcanzarse la cifra de 2.4% en el crecimiento, se consolidaría la desaceleración en el ritmo de crecimiento del país, por lo que los números volverían a los vistos antes del impacto de la pandemia de covid, la cual significó un freno en 2020 y un fuerte repunte en 2021, pasando de una caída de casi -8% a una recuperación de hasta más del 11%, según los datos del BCR.
De hecho, entre 2015 y 2019, antes del impacto del coronavirus, la economía del país creció entre los 2.3% y los 2.5%.
Perspectiva anémica mundial
Por otro lado, el FMI señala una "perspectiva anémica" mundial para la economía, la cual es un reflejo de la subida de las tasas de interés y las "políticas estrictas necesarias para reducir la inflación".
Es, además, una consecuencia del reciente deterioro de las condiciones financieras, la guerra en curso en Ucrania y "la fragmentación del crecimiento geoeconómico", explica el informe, en referencia a la tendencia creciente de alejarse de la globalización que dominó la economía durante la segunda mitad del siglo XX para abrazar medidas proteccionistas.
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La fragmentación perjudica sobre todo a las "economías más vulnerables del sur global" que "se ha beneficiado mucho de la globalización y el régimen comercial que ha prosperado en las últimas décadas", afirmó este martes la vicepresidenta primera del gobierno español y ministra de Economía, Nadia Calviño, durante un acto organizado por el grupo de reflexión Atlantic Council.
Según el informe, el panorama puede ser peor con un "plausible escenario alternativo, con más estrés en el sector financiero". En este supuesto, el crecimiento caería a alrededor de 2.5% en 2023, lo que lo convertiría en el más débil desde la crisis de 2001 si se excluye el año de la pandemia y el colapso financiero mundial de 2009.