Suzu Lunar comenzó a componer canciones a los 15 años, pero fue hasta el 2018 que arrancó de lleno con su carrera musical. A lo largo de estos años, la cantautora independiente ha llevado su música a espacios artísticos y culturales donde con su talento ha cautivado al público salvadoreño.
Y es que, con sus temas cargados de letras profundas, mensajes positivos y, que muchas veces tocan temas sociales, ha impactado en las vidas de aquellas personas que la escuchan.
Sus escenarios han sido los parques, los teatros nacionales, los centros culturales y los cafés del Centro Histórico. Además, con su voz y su talento también hace activismo.
Sin embargo, en el último año asegura que todo ha cambiado en el país, el aforo en sus presentaciones se ha reducido y hay cierre de espacios; mientras que, el miedo, la censura y la incertidumbre se han apoderado de ella. Esto debido al Régimen de Excepción, medida que implementó el gobierno de Nayib Bukele el 27 de marzo del 2022, con el objetivo de erradicar las pandillas y darle seguridad al país.
Ante eso, Suzu cuenta, desde su visión artística, cómo ha sido su experiencia durante estos meses bajo el Régimen de Excepción.
¿Cómo describirías en tres palabras el último año de Régimen de Excepción?
Miedo, censura e incertidumbre. Miedo, porque no sabemos en qué contexto van a analizar mis palabras y voy a formar parte de la gente que se ha llevado el Régimen. Censura, porque tengo que callar, porque tengo que redireccionar el sentido de mis letras para poder expresarme. Incertidumbre, porque no sé cuánto tiempo va a durar esto.
¿Cuál ha sido el momento en el que más temor has sentido en este último año?
El primer día. Lo he sentido desde el primer día (del Régimen de Excepción). Estábamos en un evento que también estaba organizando junto con otros cantautores y se nos comunica que habían lanzado un tuit en donde decía que había un Régimen de Excepción, que comenzaba desde ese momento. Obviamente la gente no llegó, la gente que estaba en el evento se fue y sentí ese pánico, sentí incertidumbre, porque no tenés ni idea de qué es lo que va pasar, qué es lo que significa, yo ando afuera. Recuerdo que el trayecto desde el lugar de donde era el evento hasta mi casa me pareció eterno. Habían alrededor de siete retenes.
¿Cómo crees que ha llegado la censura a tu trabajo artístico?
Fui contactada hace un par de semanas por una oenegé para poder participar en la creación de una canción por el día del agua y el día de la tierra. Entonces yo tengo una canción que se llama “Soy Punzón”. La canción la escribí en 2018, otro contexto, otro gobierno (…) Entonces me dijeron que cambiara la letra de una canción que ya está publicada en plataformas digitales o escribiera otra canción porque si no, no podía participar. Yo no culpo a la oenegé, culpo a la coyuntura actual. El saber que mi canción no puede ser cantada en una plaza o en un pueblo porque significa que yo puedo formar parte de la gente que también se llevará el Régimen.
Se dice mucho que el arte es el reflejo de los tiempos y de las generaciones. Entonces, ¿qué está pasando con el artista que no está pudiendo reflejar este tiempo?
Quizás están pasando tres cosas. Uno, la generación que he visto salir desde el 2020 en adelante han salido muchos chiquitos que no digo que no tienen consciencia, digo que no están enfocados en mostrar un lenguaje en una generación que no les representa. Entonces, digamos que hay cierta apatía a ciertos temas sociales. Segundo, si definitivamente la difusión de proyectos artísticos es muy leve, imagina la difusión de proyectos artísticos contra el Régimen, contra el Gobierno, prefieren no hacerlo, aunque tengan consciencia de clases. Y, en tercer lugar, no hay una visibilización del registro que sí hay, porque sí hay personas hablando sobre esto, sí hay proyectos emergentes hablando sobre esto, pero no hay visibilización.
¿Cómo describirías a este personaje de Nayib Bukele, como artífice de este Régimen?
Siempre lo he visto como sordo, siempre lo veré así. Con un lenguaje que él y las personas que están allegadas a él entienden, pero sin una visión aguda o clínica de las medidas que está tomando. Son medidas paliativas que pueden tener algún tiempo de resultados, pero el resultado va en detrimento también de lo que no está viendo, de lo que no está escuchando. Entonces para mí va a ser parcialmente ciego y potencialmente mucho más sordo de lo que es ahora.