Andy Failer, actual Director Ejecutivo de Nuestro Tiempo, expresa su interés de correr por la presidencia del partido para trabajar por combatir “la cultura del miedo” que existe en El Salvador bajo la administración de Nayib Bukele.
En esta entrevista con El Diario de Hoy, el ex candidato a diputado por San Salvador dijo que de asumir él la presidencia del instituto político abriría las puertas a la sociedad civil para presentar liderazgos que puedan tener una oportunidad de llegar a la Asamblea Legislativa, a consejos municipales y muy probablemente una fórmula presidencial de cara a las elecciones del 2024.
Es más, Failer subrayó contundentemente que en los próximos comicios estarán marcados en elegir “dictadura o democracia” y en ese sentido enfatizó que “no hay democracia sin demócratas”. “Hay que desnormalizar todo lo incorrecto, ilegal e impune, que el oficialismo ha normalizado a través de su aparato de propaganda”, recalcó.
¿Qué le motivó a aspirar a ser dirigente de Nuestro Tiempo?
Yo lo defino en algo muy sencillo. Creo que muchas personas pertenecientes a mi generación tenemos que dar un paso hacia adelante y romper con esta cultura de miedo en la que se ha sumergido la sociedad salvadoreña desde que vimos las señales muy claras del gobierno autoritario que en ese momento está del poder.
¿Qué hay de diferente en su intención de trabajar en este instituto político hace 5 años cuando se fundó y ahora?
En aquel momento era dignificar la función pública, llevar gente decente y preparada porque éramos conscientes del hartazgo que había en la sociedad. Además, no había signos claros de que este país iba a estar cerca del autoritarismo, pero ahora yo personalmente defino que ya vivimos en una dictadura.
¿Por qué es importante asumir ese liderazgo en este momento?
Yo creo que esto no es solo por mí. Esto no es por ganar una elección, incluso esto va más allá de mi partido político: es con romper esa cultura del miedo.
¿Por qué cultura de miedo?
Porque pareciera que en este momento la batalla la está ganando el miedo. Parece que la persona que tenemos a la par, ya sea nuestro vecino, nuestro compañero de trabajo o algún familiar tienen miedo a hablar de política, ya no digamos involucrarse en esta.
Concretamente, ¿cómo se identifica ese temor?
Existe miedo a que te difamen y te ataque solo por pensar diferente e incluso miedo a que te lleguen a meter preso. Tengo colegas opositores que en este momento están en el exilio.
Bajo este panorama ¿cómo visualiza el contexto electoral de cara a las próximas elecciones?
En el 2024, a mi criterio esa es la última ventana de oportunidad para salvaguardar la democracia y en este momento soy muy consciente y creo fervientemente que no hay democracia sin demócratas y ese es el rol que yo quiero asumir como demócrata en mi partido.
¿Por qué rumbo pretende dirigir a Nuestro Tiempo?
Orientarlo a que tenga un rol importante en las elecciones de 2024, tanto las presidenciales, legislativas como las municipales.
¿Cuáles son sus expectativas ante el contexto político que vive el país?
Creo yo que a Nuestro Tiempo le hace falta todavía consolidarse un poco más como partido y pretendemos plantearle al electorado y a los salvadoreños una oferta política, una alternativa.
Enfocados en ser esa alternativa ¿cómo pretenden alcanzar protagonismo y competir con el aparato propagandístico del oficialismo?
Yo esto lo veo en dos ejes. El primero tiene que ver mucho con lo que Nuestro Tiempo ha logrado construir en nuestro primer debut electoral que fue en 2021 cuando logramos buena aceptación en el sector urbano, específicamente en San Salvador y La Libertad. Ese primer eje comprende crecer un poco más y seguro que podemos aspirar a más escaños en la Asamblea Legislativa y a tener más representación en otros consejos municipales muy probablemente en las zonas urbanas.
¿Cuál es el otro eje?
Tenemos una dictadura encima y no se puede hacer mucho por cuenta propia, no podemos hacer esto solos y por eso cuando anuncié mis intenciones de presidir el partido también hice hincapié en que se necesita construir una política de alianzas que sea certera y sólida.
¿De qué se trata esta alianza?
Esa política de alianzas va más allá de cualquier coalición electoral que se pueda hacer con uno de los partidos de oposición democrática y tiene que subrayar muy específicamente a la sociedad civil.
¿Hacia dónde apunta tal unificación?
El partido abriría las puertas a la sociedad civil para presentar liderazgo que puedan tener una oportunidad de llegar a la Asamblea, concejos municipales y muy probablemente una fórmula presidencial.
¿Qué papel pueden jugar los partidos tradicionales de cara a la elección presidencial?
No creo que necesariamente tenga que ser una fórmula presidencial que nazca de un partido político, ya sea Nuestro Tiempo, Vamos, ARENA o el FMLN, pero creo yo que tiene que ser una fórmula presidencial que en principio surge de la ciudadanía y en ese momento cuando veamos esos liderazgos, pues el partido va a tener las puertas abiertas para hacer todo posible de impulsar una participación muy certera en el 2024.
¿Las diferencias ideológicas entre Vamos y Nuestro Tiempo podrían entorpecer esta alianza?
Yo creo que no porque la elección que vamos a tener el próximo año no es una elección que se tenga que enfocar en lo programático, es decir Nuestro Tiempo y Vamos no tenemos en este momento que estar discutiendo o enfrascarnos en la discusión de una plataforma legislativa o presidencial en el que encontremos diferencias ideológicas, más bien debemos de encontrar puntos de encuentro mínimos para apostar en lo que verdaderamente importa de lo que se va a tratar esta elección.
¿De qué se trata?
Se trata democracia o dictadura, es tan sencillo y por eso insistiría en que es un momento en el que no hay democracia sin demócratas. Yo creo que hay demócratas en Nuestro Tiempo, en Vamos, en la sociedad civil y en los partidos tradicionales que podemos encontrar un punto de encuentro para articular algo para el 2024.
¿Hay credibilidad en el proceso electoral 2024 ?
Nosotros vemos realmente el proceso electoral con alta preocupación específicamente por la propuesta de cambio de algunas reglas ya establecidas como es el tema de los 84 diputados y los 262 municipios, así como también por el voto electrónico, sobre todo lo que representa para el padrón electoral de San Salvador .
¿Qué mensaje daría la ciudadanía de cara al 2024?
Hay que des-normalizar todo lo incorrecto, ilegal e impune y lo que el oficialismo ha normalizado a través de su aparato de propaganda porque no es normal que un presidente busque reelegirse, o que un proyecto político busque perpetuarse en el poder vía Asamblea y consejos municipales y que la sociedad esté tan polarizada.