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Niño se salva por cantar

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Por Carlos Balaguer
Publicado el 27 de febrero de 2023


La música puede abrir todo tipo de puertas, “sobre todo si se trata de las puertas de un auto donde va un niño secuestrado por un adulto sin alma”, dice el informe. Sucedió en Atlanta, Georgia. Willie Myrick, de nueve años, caminaba por una calle cuando un extraño se acercó a él en su auto para ofrecerle dinero. Acto seguido el desconocido tomó al niño por el hombro y lo introdujo a la fuerza en el asiento trasero. Cuál no sería la sorpresa del raptor cuando escuchó al niño entonar las notas y la letra de “Every Praise” una conocida canción góspel utilizada por miles de cristianos en sus celebraciones. Durante tres horas el chico no cesó de llorar y cantar, hasta que su captor detuvo el auto y le dejó ir. Willie Myrick había vencido con su canto santo. Recordemos a Orfeo –la divinidad griega—dominando a las fieras con su lira. Con su música, Orfeo era capaz no sólo de calmar a las bestias salvajes, sino incluso de mover árboles y rocas y detener el curso de los ríos. Así enamoró a la bella Eurídice y logró dormir al terrible Cerbero, cuando bajó al inframundo a intentar resucitarla. La música es la trompeta mágica, derribando los muros de la impiedad. Sobre todo cuando es inspirada por el amor a la divinidad libertadora de almas y cadenas. Como aquella alabanza del niño cantor <palabrasbalaguer.facebook.com>

TAGS:  Filosofía | Opinión

CATEGORIA:  Opinión | Editoriales

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