Entre alegría, nerviosismo y medidas de bioseguridad para prevenir contagios, más de un millón de estudiantes inscritos en el sector público volvieron ayer a las aulas, en un modelo totalmente presencial, por primera vez desde hace tres años, cuando inició la pandemia del covid-19.
“Los docentes y el personal administrativo han trabajado en ordenar y mantener los centros escolares limpios para recibir a los 1.2 millones de estudiantes este día”, señaló el ministro de Educación, Mauricio Pineda, a través de una entrevista televisiva, recalcando que “vamos a tener un año de mucha transformación y de mejores oportunidades para nuestros niños”.
Según el funcionario el incremento en la matricula ha sido evidente desde inicios del año pasado y recalcó que si en esta etapa del año se cuenta con esa cantidad no hay que dudar “que van a seguir llegando más” alumnos a las instituciones.
Este es un dato sumamente positivo después de las altas cifras de deserción escolar a la que se enfrentó el Ministerio de Educación por las afectaciones de la pandemia por Covid-19, un periodo en el que la educación experimento un marcado retroceso a nivel nacional y del cual aún no se encuentra en proceso de recuperación.
De acuerdo a las directrices para este año escolar la modalidad debe cumplirse a totalidad de forma presencial, la aprobación de estudiantes al grado inmediato superior sin cumplir con los puntajes necesarios ha sido suspendida y las actividades deben irse retomando de forma paulatina con el regreso a los salones.
El 2023 está marcado por grandes retos en el sistema educativo que debe enfrentar entre la entrega de presupuesto para las escuelas en los plazos adecuados, la regulación salarial de los docentes y la intervención de los centros escolares que se encuentran en situaciones precarias debido al descuido y las condiciones poco favorables de su entorno.