Una calificación crediticia para el país, más allá de cerrarle las puertas al financiamiento externo, podría tener efectos más palpables para la población, señalan economistas consultados por El Diario de Hoy.
Según Rafael Lemus, una de las consecuencias es que el gobierno podría recortar aún más la inversión pública para poder hacerle frente a sus necesidades financieras, lo que desembocaría en efectos directos para la población debido a que se estaría sacrificando la construcción de escuelas, de hospitales o de otros proyectos de beneficio para la sociedad y el desarrollo económico.
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Otro punto, según el economista Luis Membreño, es que podría haber limitaciones a los créditos que adquieren las empresas o las personas con la banca privada en el país, sobre todo porque son estas instituciones las que le prestan dinero al gobierno a través de las inversiones en los Certificados y Letras del Tesoro (CETES, LETES), una medida que podría afectar la liquidez de los bancos en un futuro.
No obstante, Lemus apunta que por el momento no existe ese riesgo debido a que son las remesas desde el exterior las que compensan esos préstamos. Sin embargo, en un contexto de una posible recesión en Estados Unidos podría darse una caída en esos ingresos y, sumado a las subidas en las tasas de interés en ese país para combatir la inflación, los préstamos podrían volverse más caros en ese escenario.
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Por su parte, Ricardo Castaneda considera que debido a que el país accede a préstamos cada vez más caros por la baja nota que ostenta, la población se ve directamente afectada debido a que esos préstamos se pagan con los impuestos.
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