El presidente de la República, Nayib Bukele, realizó el martes por la noche un recorrido guiado por el megapenal de Tecoluca, en San Vicente, el cual han llamado “Centro de Confinamiento del Terrorismo” (CECOT).
En un vídeo que lucía pregrabado, el mandatario recorrió los diferentes pabellones y áreas del nuevo penal, guiado principalmente por el director general de Centros Penales, Osiris Luna Meza.
También le acompañó el ministro de Obras Públicas, Romeo Herrera; el director de la Policía Nacional Civil, Mauricio Arriaza Chicas; y el ministro de Defensa, René Francis Merino Monroy.
Arriaza Chicas y Merino Monroy informaron al mandatario que 600 efectivos militares y 250 policías resguardarán el perímetro y las instalaciones del nuevo penal.
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Por su parte, Romeo Herrera celebró que este es el centro penal “más grande de América”. Esto fue recibido con críticas en las redes, pues usuarios señalaron que el gobierno no ha construido el nuevo hospital Rosales ni ha renovado miles de escuelas, como prometió, pero sí aceleró la construcción de una cárcel.
Por su parte, Luna Meza destacó que este penal es “pieza fundamental para ganar la guerra contra las pandillas”.
En su intervención, el director de penales prometió que vigilarán en todo momento a quienes estén recluidos en el penal de Tecoluca, en el departamento de San Vicente.
Luna Meza también resaltó que han adquirido equipo totalmente nuevo para proteger a los custodios, al tiempo que mostró la armería.
Durante el recorrido, el presidente de la República no hizo ningún anuncio y se limitó a hacer preguntas y escuchar las explicaciones de Herrera y Luna Meza.
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La construcción del nuevo megapenal en Tecoluca, San Vicente, arrancó en 2022 en el marco del régimen de excepción, y la Asamblea Legislativa aprobó que la adjudicación del contrato se hiciera sin pasar por lo que ordena la Ley de Adquisiciones y Contrataciones de la Administración Pública (LACAP).
Desde hace meses atrás, ambientalistas han advertido el daño ecológico que representa la construcción de la megacárcel.
Además, pobladores de la zona han reiterado su preocupación por el impacto que la construcción de este gigantesco penal tendrá en los recursos hídricos tanto superficiales como subterráneos, debido a la extracción y uso de agua para la población reclusa y por el impacto de la permeabilización en más de 200 manzanas de tierras en las que se edificó la prisión.
No cumple estándares
En diciembre, Human Rights Watch señaló que este penal incumple las normativas internacionales de Naciones Unidas sobre el tratamiento de reclusos.
“Es un proyecto que claramente contradice estándares internacionales de condiciones para los detenidos”, expresó Juan Pappier, director asociado para las Américas de Human Rights Watch, durante la presentación del informe.
