El 8 de junio de 1963 el Zoológico del Bronx -en Nueva York- tuvo una exhibición en la casa de los gorilas denominada “El Animal más Peligroso del Mundo.” La representación de éste era un espejo. La exposición decía en un cartel a los visitantes: “lo estás viendo.” Cada quien que se veía al espejo observaba perplejo a la criatura más peligrosa del mundo. Esta impactante ironía situaba al ser humano como tal. Cada visitante que se miraba en el cristal salía perturbado al verse a sí mismo como nunca se lo había imaginado. El mensaje predicaba que -ni gorilas, leones, serpientes, cocodrilos, cebras, elefantes…- constituían al ser más pernicioso, mortífero, maléfico, dañoso y fatal de la Creación. En el mundo real cada uno de nosotros puede ser en algunos casos esa sombría creación que exhibía el zoológico del Bronx. Dentro de cada quien se manifiesta tanto el bien como el mal. Nosotros elegimos a uno u otro, dentro del “libre albedrío” de nuestra naturaleza humana. Se entiende la maldad como el poder que tiene cada persona para dañar a otros o -al contrario- usar ese mismo poder para beneficiar o expresar bondad. Nos habita tanto el “Kroda” (odio en lengua sánscrita) como el “Prema” (amor). Mientras tanto, el animal más peligroso del mundo seguirá por la vida, vagando con su trágico sino o buscando acaso la redención de su ser divino.
“El animal más peligroso del mundo” en el espejo
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Por Carlos Balaguer | Ene 29, 2023 - 15:15