Este 18 diciembre se ha dedicado como un día especial a los migrantes, poblaciones que dejan su lugar de residencia para establecerse en otro que posiblemente es totalmente distinto, cruzando límites geográficos, dejando etapas de vida en su lugar de origen. El propósito: generalmente es buscar nuevos y prometedores horizontes.
Se trata de un tema de interés tanto social como humanitario sin lugar a duda, especialmente por las causas que motivan a las personas a migrar, como por ejemplo, búsqueda de una vida mejor, factores económicos, políticas laborales y migratorias de mejora calidad en países a donde es su objeto de destino, conflictos sociales y políticos, por mencionar una pequeña parte de esas causales.
Si bien es cierto, los movimientos migratorios pueden ser definitivos, temporales, voluntarios o forzados, en la mayoría de casos por lo menos en la región de los países del Triángulo Norte (Guatemala, El Salvador y Honduras) la migración suele ser definitiva e indefinida.
Los migrantes ponen en riesgo sus vidas con peligros que van desde violaciones a su integridad física y moral, abusos e irrespeto a sus derechos inherentes como ser humano, riesgos de atentar contra sus vidas al exponerse a situaciones de alto riesgo con tal de llegar a su anhelado lugar de destino, por mencionar algunas causas y sin comentar otros factores que se viven por los migrantes.
Cuando llegan al lugar tan deseado, en donde para muchos/as, esa zona geográfica que en su momento podía parecer un lugar de esperanza y prosperidad, llega a convertirse en un entorno lleno de dificultades, situaciones de discriminación, desigualdad, estigmatización, xenofobia, racismo y diversas formas de intolerancia relacionadas.
Por tal razón, la migración debe ser tomada con diligencia y conciencia de todos/as. Desde los gobiernos que coordinan acciones cuyos efectos de naturaleza publica inciden en la población, hasta cada uno de nosotros/as que por lo menos debemos de considerar los retos y bondades que pueden presentarse cuando llega ese momento de navegar socialmente en lo desconocido.
Según datos que arroja el Informe sobre las migraciones en el mundo 2022, el número estimado de migrantes internacionales en todo el mundo ha aumentado en las últimas cinco décadas. El total estimado de 281 millones de personas que vivían en un país distinto de su país natal en 2020 es superior en 128 millones a la cifra de 1990 y triplica con creces la de 1970.
Esto debe instar a que se formulen políticas publicas que sean aplicadas de manera conjunta y colaborativa por parte de los gobiernos, tanto los que sufren fugas constantes de personas, así como también los países que están sujetos a recibir cantidades de migrantes. La Organización Mundial para las Migraciones, además de prestar asistencia a millones de migrantes alrededor del mundo, lidera labores humanitarias e insta a que se promuevan gestiones ordenadas que sean implementadas para que la migración sea de provecho bajo un enfoque que permita aprovechar el potencial de la movilidad humana para la mejora continua y el desarrollo sostenible de las naciones.
Acciones y no palabras que se guarden en documentos físicos o digitales, son parte de las iniciativas que deben llevarse a cabo en la orientación que debe darse a las personas sobre el tema de los procesos migratorios y lo referente al tema, promoviendo una movilidad humana segura, inclusiva, digna, sana y de respeto al ser humano.
Abogado, Master en Tributación Internacional y Asesoría Jurídica de Empresas