Nuestros buenos hábitos salvarán al planeta, ante el incremento de consecuencias y peligros por el cambio climático, los hábitos amigables con el medio ambiente darán como resultado una desaceleración al apocalipsis ambiental. Y ya vamos comenzando al reducir el mal uso los plásticos y otros desechos al dejarlos en el ambiente de una forma errónea.
Recientemente pude platicar con la gerente de asuntos corporativos de una multinacional de una cadena de supermercados en el país, y le preguntaba sobre el impacto que han generado al dejar de dar bolsas plásticas a sus clientes, y ella me comentó que desde que se implementó la nueva postura ambiental de la empresa, como parte la nueva visión “Regenerativa” de la corporación , se han dejado de entregar más de 40 millones de bolsas plásticas en El Salvador y en Centroamérica alrededor de 100 millones de bolsas, algo muy positivo para el medio ambiente. La empresa fue dosificando con campañas para optar por bolsas reutilizables y reciclables, antes de tomar la decisión de tajo de dejar de dar al cliente exceso de bolsas, la gente poco a poco tomó conciencia. No fue fácil, hubo personas que se reusaron a la decisión de la empresa, se molestaron, ya que su comodidad y confort se vería afectado. Pero conforme pasó el tiempo y sobre todo en período de pandemia, las personas optaron por usar bolsas reutilizables y dejar de depender del plástico. Alimentos que por higiene y humedad requieren ser empacados en plástico siguen entregándose de forma normal en la cadena. Porque hay que recalcar que dicho compromiso corporativo va encaminado a reducir su uso y no a prohibirlo.
Poniéndolo en otra perspectiva, el prescindir de la bolsa plástica en esta cadena de supermercados en la región centroamericana, significa dejar de consumir 28 mil barriles de petróleo, aporta a reducir la huella de carbono e incide en aminorar la emisión de gases de efecto invernadero.
El uso de empaques en este tipo de negocios promueve un alto consumo y desecho, versus la poca capacidad instalada de industria del reciclaje, tomando en cuenta el siguiente dato que afirma que el 40% de plástico a nivel mundial es utilizado para empaque.
En el proceso de compra nos han inculcado que el aspecto confort es indispensable aunque eso signifique explotar recursos naturales, energía y agua, ante eso podemos apreciar el deterioro ambiental en muchos países, incluso en Centroamérica. En la región se han eliminado 364.2 millones de bolsas en el año 2021. Algo que el Foro Económico mundial subraya: “8 Millones de toneladas de plástico terminan en los océanos al año equivalente a un camión de basura por minuto”. Tomando el aterrador parámetro también que para su degradación en el ambiente el plástico tarda un proceso de 100 a 1,000 años.
Debemos hacer conciencia, que mientras seamos irresponsables en comprar productos que afecten --por su proceso de degradación-- el medio ambiente, nuestros malos hábitos en la compra seguirán dañando nuestro entorno. Como una sugerencia importante a los sectores productivos: Se debe realizar un inventario de productos (plástico) innecesarios que atestan el mercado sin razón alguna y que la población no puede desechar. Es parte de las responsabilidades como sector sacar de circulación dichos productos.
Los buenos hábitos nacen y se moldean en la casa, pero ante la carencia de educación por situaciones adversas, los buenos hábitos se pueden aprenden en el trabajo, las empresas deben transformar la visión de sus empleados, colaboradores y hasta proveedores. Algunos pueden decir con mucho orgullo al reconocer la separación de los desechos: “No lo aprendí en la casa, lo aprendí en la empresa”.