La Organización Mundial de la Salud (OMS), en el marco de celebrarse este 10 de octubre el Día Mundial de la Salud Mental, ha llamado a gobiernos y ciudadanos se sumen esfuerzos a la prevención de los suicidios, un mal que a pesar de ser grave frecuentemente es desatendido.
A través de una de sus publicaciones en redes sociales la OMS señala que cada 40 segundos una persona muere por suicidio y cada año 800,000 pierden la vida por esto. Frente a este panorama advierte que es necesario generar consciencia entre la población sobre la importancia de informarse sobre el tema.
"Cada pérdida es una tragedia indescriptible no solo por la persona que pierde la vida sino por la familia, amigos y comunidades que quedan atrás en duelo y frecuentemente no reciben la asistencia que necesitan", explica a través de un video una de las especialistas del organismo.
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La información brindada por la OMS detalla que el suicidio es la segunda causa de mortalidad entre personas de 15 a 29 años, por lo cual "se deben intensificar esfuerzos para que los jóvenes dispongan del mecanismos de adaptación necesarios para enfrentarse a los retos que se les presentan en la escuela, universidad y lugar de trabajo; también velar por que tengan acceso al apoyo que necesitan en el momento adecuado".
No obstante, también se aclara que esta situación puede darse en cualquier persona, en cualquier país, considerando que no es una problemática de naciones que tienen altos ingresos, como se suele creer, sino por el contrario afecta más en aquellas de ingresos bajos y medianos en donde escasean los recursos para detectar y apoyar a las personas que necesitan ayuda.
"Es imperativo fortalecer la salud mental y los sistemas de atención. Por cada suicidio hay 20 intentos fallidos, las personas que sobreviven a un primer intento corren mayor riego de intentarlo de nuevo, por lo que es importante prestarles el apoyo constante que necesitan", indica el organismo.
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La OMS señala que hay cuatro intervenciones esenciales que se pueden hacer para prevenir el suicidio: restringir el acceso a los medios de suicidio; alentar a los medios de comunicación a presentar relatos esperanzadores y no utilizar lenguaje sensacionalista cuando informan sobre suicidio; promover programas orientados a que los jóvenes en las escuelas adquieran habilidades para enfrentarse a la vida, e identificar el riesgo de suicidio lo antes posible para ofrecer apoyo oportuno.
Señala que como OMS apoyan a los gobiernos a utilizar su posición para poner en marcha una respuesta nacional de prevención del suicido, pero "todos tenemos un papel que jugar".
Las personas deben informarse sobre la prevención del suicido y tender la mano a las personas que necesitan ayuda, insiste.