Por Miei cari amici/Mis queridos amigos:
Nuevamente los frustrados -que no votaron- ayudaron a los resentidos -que sí votaron- a llevar al poder a un movimiento dispuesto a destruir la democracia. Esta vez ocurrió en Italia. Sé que ustedes hicieron todo lo posible para evitarlo, pero cuando la demagogia de los fanáticos se combina con la estupidez de los indiferentes, no hay mucho que hacer.
En Italia ganó el domingo las elecciones, y será la jefa del nuevo gobierno, la señora Giorgia Meloni, dirigente de un partido llamado ‘Hermandad de los Italianos’, un movimiento que revive el ultranacionalismo y el fascismo italiano. Giorgia Meloni es amiga de la señora Le Pen, dirigente de la ultraderecha francesa; del partido VOX de la ultraderecha española; de Victor Orban, el gobernante populista de Hungría; de Vladimir Putin; de Donald Trump; y, si lo conociera, seguramente sería amiga de Nayib Bukele. La derecha autoritaria es como una gran familia que comparte una agenda anti derechos civiles y que ahora tendrá su reina Giorgia.
Según los resultados preliminares, el partido propio de Giorgia Meloni sólo alcanzó el 26% del voto, pero su coalición llegó al 42.5% con el apoyo de los partidos de la derecha oportunista y corrupta y de la abstención, que con 35% fue muy alta para Italia. En las elecciones pasadas votó un 10% más.
Así es: Los movimientos autoritarios llegan al poder aunque son minorías, debido al abstencionismo de los pasivos y al oportunismo de los corruptos, y luego se convierten en dictaduras si las mayorías no se despiertan y defienden la democracia. En Alemania, Hitler llegó al poder en 1933, luego de que su partido nazi sólo había alcanzado el 37% de los votos en las últimas elecciones libres, en el 1932. Nayib Bukele fue electo en el 2019 con el 53% de los votos válidos, pero con una abstención récord del 48%. En el 2021, su partido ya alcanzó un 66% de votos válidos, con una abstención aún mayor: el 49.75% no votó.
El neofascismo italiano ahora llega al poder con sólo 26 % de los votos.
Así que 77 años después de que los partisanos de la resistencia italiana fusilaron al dictador Benito Mussolini, llega al poder la dirigente de los neofascistas. Igual que ustedes, los demócratas en todo el mundo estamos preocupados de que se está echando al traste una república no perfecta, pero democrática, fundada por los patriotas que resistieron a la dictadura. Conociendo la historia, incluyendo la muy reciente en El Salvador, entiendo perfectamente por qué ustedes, los demócratas italianos, temen que los 42% de los votos que alcanzaron los neofascistas será suficiente para transformar Italia en una democracia débil y luego en un régimen autoritario.
Nosotros en El Salvador estamos aún peor, porque por el alto abstencionismo en el 2021 permitimos que el presidente tomara control total de la Asamblea. La oposición perdió la llave del veto contra las decisiones inconstitucionales del parlamento. Esto no va a pasar en Italia. Este país tiene instituciones sólidas, una fiscalía y un sistema de justicia independientes. Los partidos de oposición -de centro y centroizquierda- tendrán fuerte presencia en el nuevo parlamento. Espero que demuestren al mundo, y en particular a los salvadoreños, lo que una oposición con fuerte espíritu parlamentario puede alcanzar y evitar, sobre todo cuando, igual que la oposición salvadoreña, tiene fuertes apoyos de la comunidad internacional.
La señora Meloni no lo tendrá fácil. Los socios de Italia en la Unión Europea van a vigilar de cerca el comportamiento de su gobierno. La ultraderecha sólo podrá liquidar la institucionalidad democrática italiana si está dispuesta a desafiar a la Unión Europea y a hundir Italia económica y fiscalmente. Pero siendo salvadoreños, esto tampoco no nos sería extraño.
Les deseo que, después del susto, recuperen rápido su capacidad de unirse y resistir.
Saluti da El Salvador/Saludos desde El Salvador, Paolo Luers