Un salvaje que apaleó a una persona mayor con el bastón de la víctima, fue capturado por la policía y con gran probabilidad será despedido por la empresa en que labora.
La agresión es una réplica minúscula del horror que es la invasión no provocada a Ucrania, que por decisión del criminal Vladimir Putin, el envenenador, tiene lugar y que, contra todas las normas de la guerra, está utilizando “bombas racimo”, además de atacar objetivos civiles, hasta colegios de niños.
Por acuerdos internacionales, el uso de tales artefactos, al igual que los gases asfixiantes y el napalm se han prohibido, pues causan víctimas inocentes, indefensas, además de destruir patrimonios históricos como ordenaron Truman y Churchill contra Alemania y Japón después de la capitulación de ambas naciones.
La brutal agresión a Ucrania ha sido condenada por la mayoría de naciones del mundo, fuera de asquerosas dictaduras como Irán, Venezuela, Cuba... El régimen salvadoreño no se unió a la condena e inclusive se abstuvo en la votación que se realizó en las Naciones Unidas, lo que dio lugar a que el vicepresidente Ulloa dijera lo que a nadie en este suelo se le hubiera cruzado por la cabeza: que abstenerse es una forma de pronunciarse; al no tomar parte en la condena, se cae en un silencio cómplice, y al respaldar la agresión se está de acuerdo con que la artillería rusa siga demoliendo centros urbanos, objetivos civiles, matando a diestra y siniestra.
La “abstención” del régimen indica que perseguir, encarcelar sin previo juicio, hacer “desaparecer” personas por el simple hecho de ser contrarias al aspirante a Sultán vitalicio, es lícito.
Que el criminal Putin desate los horrores de la guerra, los Siete Jinetes del Apocalipsis sobre una democracia próspera no le quita un minuto de sueño al aspirante a Sultán, ahora afanado en burlarse del presidente Biden por un gazapo durante su discurso del Estado de la Unión.
Que se propaguen pestes en Ucrania, que no encuentren los padres medicamentos para curar a sus niños, que se carezca de vendajes y quirófanos para tratar civiles y soldados heridos, eso no molesta al aspirante a Sultán, que impide que familiares suministren medicamentos a los exfuncionarios detenidos arbitrariamente: la científica Erlinda Handal, al exalcalde Muyshondt, la doctora Violeta Menjívar y los exfuncionarios Carlos Cáceres, Hugo Flores y Calixto Mejía.
El Salvador se queda fuera del concierto de naciones democráticas
Negarse a condenar la brutal invasión a Ucrania, el único país de la región al lado de Nicaragua que toma esa postura, hace que los reflectores tanto de Estados Unidos como de la Unión Europea se enfoquen en tal asquerosa postura y lleve a que el Senado de Estados Unidos plantee revisar el Tratado de Libre Comercio con El Salvador, lo que puede costar la pérdida de decenas de miles de empleos entre salvadoreños, condenarnos al ostracismo en muchos sentidos.
Como dijo el Alto Representante de la Unión Europea, Josep Borrell, “la comunidad internacional, todos unidos, El Salvador también, debemos optar ahora por un aislamiento total de Rusia y responsabilizar al presidente Putin de esta agresión”.
“Aunque todavía no hemos escuchado la voz de El Salvador en el concierto de las democracias para defender el derecho internacional y el estado de derecho en Ucrania, esperamos contar con su apoyo para esta resolución, para sentarse al lado de los demócratas”, invitó.
Nadie, fuera de desquiciados mentales, se lanza a la guerra y menos en un continente, Europa, que padeció horrores indescriptibles a causa de la insania de fascistas, nazis y comunistas, una tragedia que Ana Frank, una muchachita de trece años, expone en toda su crudeza, un testimonio que derrumba los totalitarismos...