¡Un último paso para una mejor experiencia!

Para brindarte un servicio más ágil y personalizado, necesitamos que completes tu información de facturación.

Actualizar mis datos

Historias que importan, gracias a lectores como tú

El periodismo que hacemos requiere tiempo, esfuerzo y pasión. Cada reportaje es para mantener informado y contar historias que marcan la diferencia

Sucríbete y obtén acceso a contenido exclusivo

  
Suscribirme
EPAPER Elecciones en Venezuela|Harris vs. Trump|Dengue|Alza precios alimentos|Selecta

Una manzana, dos flechas: suizos son suizos; suecos, suecos

Corrupción casi desenfrenada, apresar personas solo por su aspecto o debido a que se encontraban en el sitio equivocado cuando soldadescas pasaron, no sucede ni en Suiza ni en Suecia, como tampoco en ninguna democracia en el mundo mundial

Por El Diario de Hoy | Jul 21, 2022 - 20:52

Un arquero, Guillermo Tell, dos flechas, una manzana y un tirano, Gessler, son el fundamento del “milagro suizo”, parte leyenda, parte realidad, una historia que la nación venera como el fundamento de su estructura, una confederación de cantones, el sustento de sus libertades y su independencia.


Gessler venía siendo hostigado por Tell, que alentaba revueltas y oposición a su dictadura, por lo que, al apresar al arquero, el tirano ofreció perdonarle la vida y darle la libertad si pasaba una prueba con su ballesta: partir con su flecha una manzana que se colocaría sobre la cabeza del joven hijo del arquero.


Este último sacó dos flechas del carcaj, apuntó a la manzana y la partió sin herir al muchacho. Gessler preguntó a Tell el motivo de la segunda flecha, a lo que Tell le respondió que era la que usaría contra él, Gessler, si fallaba.
Gessler enfureció, ordenó encarcelar a ambos y los despacharon a una prisión a la que se llegaba navegando a través de un lago, de los muchos maravillosos lagos que son una de las glorias de Suiza. Pero una fuerte tormenta hizo que el barco zozobrara, Tell y su hijo escaparon nadando para regresar y dar muerte a Gessler, iniciando la confederación suiza de cantones.


Las declaraciones del jefe de una de las fracciones bukelistas, de que “no estamos en Suecia o en Suiza”, se prestan a confusión: ¿se refiere el señor diputado que a diferencia de los suizos la gente en este país es desordenada, o al hecho de que en Suiza se respeta y defiende la democracia, la separación de poderes, la rendición de cuentas de los funcionarios, la investigación inmediata a casos de corrupción que se denuncien?


En Suiza, al igual que en Suecia, la libertad de expresión, los derechos esenciales de los ciudadanos, la transparencia en los actos del Estado son norma inviolable, al punto de que al menos en Suecia, periodistas pueden entrevistar a un funcionario y acto seguido examinar papel por papel lo que guarde en su escritorio o sus archivos.


Sin duda ni en Suiza ni en Suecia es “pensable” que el jefe de una fracción legislativa haya acumulado millones de dólares sin ser investigado pues de comprobarse tal hecho será inmediatamente procesado y enviado a prisión.
Nadie concibe en ninguno de ambos países y como regla en cualquier nación europea o democracias como la japonesa, taiwanesa y de Corea del Sur, que se den actos abiertos de corrupción como otorgar obras o fondos a parientes, sin que se investigue y, de comprobarse, encarcele a los perpetradores. Tampoco sucede que un funcionario se vaya de vacaciones personales con dineros públicos, o que si por algún motivo tiene que cancelar el viaje, cobre los estipendios, como se ha visto suceder “en un lugar de Centro-América cuyo nombre prefiero no mencionar”, parafraseando a Cervantes.

Menos podría pensarse que tolerarían a un político usando los nombres de sus países para intentar defender flagrantes violaciones a los derechos humanos y la Constitución o ser vergonzosamente uno de los apoyos de un régimen despótico y corrupto.


En ese lugar en que pienso mucho funciona patas arriba

Corrupción casi desenfrenada, apresar personas solo por su aspecto o debido a que se encontraban en el sitio equivocado cuando soldadescas pasaron, no sucede ni en Suiza ni en Suecia, como tampoco en ninguna democracia en el "mundo mundial".


Es obvio que nadie pretende que en este suelo se goce de una democracia donde se respeten normas elementales de convivencia y estricta observancia a la ley, pues equivaldría a creer en pajaritos preñados…

KEYWORDS

Dictadura Opinión

Patrocinado por Taboola

Utilizamos cookies para asegurarte la mejor experiencia
Cookies y política de privacidad