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Año 2024: fraude electoral

La conformación del articulado y la definición de algunos mecanismos, que ponen también al centro de la discusión electoral al departamento de San Salvador, fraguará, muy probablemente, un fraude a raíz de un sistema de voto electrónico débil y vulnerable.

Por Andy Failer | Oct 20, 2022 - 19:51

Lo hicieron de nuevo. Así como muchos temíamos que el Presidente violara la Constitución y anunciara el intento de una reelección presidencial, o como señaló el señor vicepresidente, que encontró un “artículo perdido” en la Carta Magna —solo él, notable Dr. en Derecho Constitucional, sabrá qué quiso decir—, así como todo esto se desarrolló y siguiendo el manual del amado líder autoritario, recién se aprobó una Ley de Voto en el Exterior cuyo objetivo no es garantizar el derecho al sufragio de los salvadoreños que viven en el exterior. En medio de grandes incoherencias, siempre provenientes del Presidente, lo que se busca y se ve claramente en el proyecto de ley que aprobaron los diputados oficialistas y sus aliados es garantizar un mecanismo electoral que le permita al oficialismo retener la cantidad de diputados suficientes para 2024 y avalar la reelección presidencial.


Es altamente preocupante cómo día tras día, sesión plenaria tras sesión plenaria, decreto tras decreto, el plan de la consolidación de poder absoluto del oficialismo y su líder único, avanza aceleradamente. Algunos se preguntan: ¿hasta dónde van a llegar? Creo que la respuesta la tenemos muy presente cada vez que atestiguamos los actos autoritarios que distinguen a este gobierno, la verdadera pregunta es: ¿hasta dónde han llegado ya? Esto último es crítico, porque en este país se ha normalizado de gran manera la cultura de la ilegalidad, el oficialismo viola la ley cada vez que lo necesita en medio de la impunidad.


El camino que se está pavimentando hacia la perpetuación del poder se sostiene sobre ilegalidades evidentes, pero que muchos ciudadanos ven con normalidad porque la batalla que libra el oficialismo la ganan en lo mediático, en las redes sociales, es ahí ellos donde instalan su narrativa. En síntesis, estamos frente a un populismo que de parlamentarismo o presidencialismo tiene poco, la dictadura que se está instalando en este país, ha tenido como motor un aparato de propagando sofisticado que adormece a las masas. Y ante esto un hincapié importante, este escenario salvadoreño debería verse con preocupación en Latinoamérica, lo que está aconteciendo acá es completamente exportable hacia otras latitudes.}


Regreso al punto medular de esta columna. La Ley de Voto en el Exterior recientemente aprobada excluye la elección de concejos y del Parlamento Centroamericano, algo que es completamente incoherente con el último veto que emitió el actual presidente al último proyecto de ley de voto en el exterior. La conformación del articulado y la definición de algunos mecanismos, que ponen también al centro de la discusión electoral al departamento de San Salvador, fraguará, muy probablemente, un fraude a raíz de un sistema de voto electrónico débil y vulnerable. ¿Quienes auditan este proceso?


Por otro lado, aunque el Tribunal Supremo Electoral dijo en repetidas ocasiones que ya no había tiempo para esta ley debido a las complicaciones logísticas que esto implica, la Asamblea Legislativa ignoró esto y pone en riesgo la integridad del proceso electoral de 2024. Esto que ha sucedido con tal ley no es algo menor, es algo que debe convocarnos a todas las personas que defendemos la democracia. Debemos vigilar este proceso a detalle. La democracia podría recibir una estocada final en febrero de 2024 y no lo podemos permitir.

Los partidos políticos deben ser catalizadores de la ciudadanía crítica frente a esta coyuntura tan desafiante y muchas veces agobiante. Debemos encontrar la oportunidad de dignificar la política, de contrarrestar el desprestigio y hacer ver que la política si es útil cuando se priorizan los principios que determinan la estabilidad de nuestra sociedad. El reto es urgente, vigente y vital. Los próximos meses serán muy convulsionados, pero es ahora cuando el llamado a la unidad democrática se vuelve tan necesario para nuestro futuro.

Comunicólogo y político

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