¡Un último paso para una mejor experiencia!

Para brindarte un servicio más ágil y personalizado, necesitamos que completes tu información de facturación.

Actualizar mis datos

Historias que importan, gracias a lectores como tú

El periodismo que hacemos requiere tiempo, esfuerzo y pasión. Cada reportaje es para mantener informado y contar historias que marcan la diferencia

Sucríbete y obtén acceso a contenido exclusivo

  
Suscribirme
EPAPER Elecciones en Venezuela|Harris vs. Trump|Dengue|Alza precios alimentos|Selecta

El lado oscuro de las redes sociales

Robos de identidad, fraudes cibernéticos, negocios turbios de droga y armas florecen en los laberintos de internet. Resulta que la célebre computadora portátil era la varita mágica para quien aspiraba a ser un genio en los estudios. Y ahora autoridades de prestigio nos demuestra que es lo contrario: que esos niños cibernéticos crecerán con un déficit de atención. Porque ya se oye hablar de cretinos digitales.

Por Heriberto Herrera
sacerdote salesiano

No habíamos terminado de ensalzar y aclamar la maravilla de las redes sociales cuando comenzaron a sonar las alarmas.
Lobos feroces y pandemias altamente dañinas están ocasionando extensos daños a espaldas de nuestra ingenuidad.
Quizás el efecto más evidente es la adicción. ¿Cuántas horas diarias gastamos ante la pantalla capturados por videojuegos interminables? ¿O embobados en series intrascendentes?
Las gigantescas empresas de redes sociales contratan psicólogos de alto nivel para diseñar recursos que mantengan al usuario pegado a la pantalla el mayor tiempo posible. Puro negocio.
Añádase la proliferación de la pornografía, el chisme, la agresividad O esos vicios cobardes como bullying, sexting y otros afines con nombres exóticos.
Robos de identidad, fraudes cibernéticos, negocios turbios de droga y armas florecen en los laberintos de internet.
Resulta que la célebre computadora portátil era la varita mágica para quien aspiraba a ser un genio en los estudios. Y ahora autoridades de prestigio nos demuestra que es lo contrario: que esos niños cibernéticos crecerán con un déficit de atención. Porque ya se oye hablar de cretinos digitales.
¿Seremos capaces de desconectarnos aunque sea parcialmente, en aras de nuestra salud mental y moral? Al menos, para no quedar atrapados sin remedio en esas redes tentaculares.
La atractiva golosina escondía una gota de veneno. Y nosotros tan ingenuos.

Sacerdote salesiano y periodista.

KEYWORDS

Opinión Redes Sociales

Patrocinado por Taboola

Utilizamos cookies para asegurarte la mejor experiencia
Cookies y política de privacidad