Tiempo después de que el Fondo Monetario Internacional le advirtiera a Bukele que la adopción de la criptomoneda Bitcoin traería daños significativos para el país, nos damos cuenta en los medios digitales internacionales que Bukele perdió $22 millones de fondos públicos sólo durante los últimos cuatro meses. Este es el resultado de su apuesta de casino con el Bitcoin. A esto también se le sumaría que la alta opacidad en las transacciones del gobierno con la Chivo Wallet están bajo una gran sospecha de corrupción. Podríamos estar enfrente del mecanismo de desfalco más sofisticado que ha tenido El Salvador y probablemente, este también sería el robo más grande de la historia.
El galón de gasolina está rozando los $5.00 y aunque esto depende de varios factores internacionales, durante los 3 años de gestión del gobierno de Bukele, ¿qué inversión pública se ha realizado para favorecer la movilización ciudadana? Con esos $22 millones que se perdieron en 4 meses se pudo hacer mucho para planificar e implementar ciclovías eficientes, o para instalar pasos peatonales verdaderamente dignos, o también proyectos en pro de un verdadero transporte público, este último incluso requiere reformas pero ni eso ha sucedido. ¿Dónde está el dinero de la ciudadanía? ¿Dónde está el gran cambio que dejaría atrás a los últimos 30 años de gobierno? Llevamos tres años escuchando como el pasado tiene la culpa, pero en el presente la única obra por día ha sido la pérdida de dinero.
El 9F, un año después del gane electoral de Bukele, el mundo lo vio tomarse a punta de fusil la Asamblea Legislativa, y sí, ya mucho se dijo sobre esa fecha, por ello solo me enfocaré en porqué lo hizo, al menos sobre qué lo justificó. Él necesitaba que se aprobara un préstamo, el dinero para hacer realidad su “Plan Control Territorial”. Con el siguiente triunfo electoral, el de su bancada cyan, lo hizo posible. Pero hasta este momento ese plan no es público, no sabemos cómo ni en qué se ha utilizado el dinero público. Traigo esto a colación, porque esta misma semana un grupo de agentes penitenciarios fueron despedidos de sus cargos y ellos, tras lo sucedido con tal hecho arbitrario, denunciaban en viva voz haber sido testigos de cómo se fraguó un pacto con las pandillas al interior de las cárceles. Si el plan lo catalogan como información reservada y esto se le suma un pacto oscuro con criminales, cualquier ciudadano puede sacar conclusiones de cómo se está usando el dinero público.
Hace unos meses, se creó la Dirección de Obras Municipales (DOM) a la que se le han asignado $274 millones de dólares. En algunas calles hemos visto a personal trabajando con camisas cyan y grandes rótulos cyan que incluso portan el lema de “el dinero alcanza cuando nadie roba”, paradójico, porque ese mismo lema se traduce en: te estoy robando a plena luz del día, al menos eso creo yo cuando veo que nuestros impuestos son usados más para propaganda política que para las obras públicas. Han maquillado algunos baches, quizá resistan para cuando se avecine la próxima contienda electoral, pero de nuevo cuestiono, ¿por qué no sabemos con exactitud qué están haciendo con esos $274 millones?, si según ellos el dinero alcanza, ¿por qué no le muestras a la ciudadanía exactamente para qué está alcanzando?
Como si no bastara ver cómo el dinero realmente está desapareciendo, el Presidente anunció que El Salvador invertirá $300 millones en la industria del cine y la televisión. Por ello es que trajo al país al productor Daniel Baldwin, quien no tiene ningún logro notable en esa industria pero sí un historial de múltiples veces en rehabilitación por uso de drogas. Pero este anuncio revela dos cosas: (1) Este gobierno no tiene prioridades de inversión social ni desarrollo económico, pareciera que solo son los caprichos de Bukele. (2) El cine ya ha sido utilizado como herramienta de propaganda a favor de un dictador, tal como hace Kim Jong-un en Corea del Norte. Que no nos extrañe que la primera película sea sobre el mismo Bukele, si es que ese plan prospera y no fracasa como el Bitcoin.
De momento, tras estos tres años de escuchar lamentos, acusaciones y de buscar culpables hasta debajo de la última piedra, solo podemos asegurar que: el dinero no alcanza… [inserte aquí la razón por la cual usted cree que no alcanza].
Comunicólogo y político.