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La cultura de desaprovechar

Que resuene como eco en los funcionarios, ejecutivos y empresarios. El aprovechamiento eficiente de los recursos con que se dispone es necesario para impactos de éxito y para avanzar en materia ambiental y de sostenibilidad.

Por Carlos Francisco Imendia | Ago 24, 2022 - 19:24

En el mundo los salvadoreños nos distinguimos por trabajar y por rebuscarnos en tiempos de crisis. Si no, miremos cómo hemos salido adelante frente a catástrofes y guerras, crisis económicas. Eso nos ha podido diferenciar de otras naciones latinoamericanas.


Lo que aún nos falta es superar la cultura de desaprovechar, y eso es importante para el desarrollo y el medio ambiente. ¿Y de qué se trata? De aprovechar al máximo los beneficios de recursos que tenemos a nuestro alcance, del reciclaje, agua y energías limpias. Un ejemplo es el agua: cuánta agua no se aprovecha, sobre todo la lluvia para poder ocuparla nuevamente para actividades propias de la sociedad, industria y la agricultura. Muchos critican el desperdicio de agua en los carwash pero no hay nadie que pueda brindar una asesoría a estos establecimientos de implementar recursos tecnológicos para poder captar y usar el agua lluvia. Ni en lo gubernamental ni en lo privado hay iniciativas.


ANDA, por ejemplo, debería innovar con una unidad que destine técnicos para capacitar sobre aprovechar recolectar dicha agua. En Internet hay varios métodos que sirven a muchas comunidades y personas para recuperar eficientemente agua lluvia.


La caña de azúcar es otro ejemplo que se desaprovecha su potencial, cuanto desperdicio de caña en las carreteras en tiempos de zafra, este material es muy útil, que se puede procesar y dar vida a implementos de consumo masivo y que a su vez generan un menor impacto al medio ambiente. El sector azucarero debería enfocarse en cómo poder brindar soluciones eco amigables e innovadoras con nuevos productos derivados de la caña; algunos países productores y exportadores ya lo están haciendo.


Otro recurso que desaprovechamos y en el que no hay una campaña permanente para recordarnos la gran importancia que tiene, sobre todo para el medio ambiente, es el desperdicio orgánico.


Anteriormente hemos repetido que de lo que más se desecha en el Área Metropolitana de San Salvador es el residuo orgánico. Por ser asqueroso, nauseabundo, no tomamos el interés que se merece. Mucho se puede aprovechar. De la composta se puede obtener un abono muy rico en nutrientes y de los que muchas personas, agricultores, se pueden beneficiar.

Empoderando la cultura de desaprovechar, lo orgánico se desperdicia en el relleno sanitario y no podemos ser eficientes. Parte de las estrategias y del compromiso administrativo ya sea del sector público o privado es aprovechar al máximo los recursos (y desechos) disponibles. Eso garantiza éxito en la gestión. El no aprovechar garantiza fracaso, que se traduce en pérdidas económicas.


En el caso de los desechos que se pueden reciclar, también los desaprovechamos, como el cartón que se desperdicia en la calle, se moja y arruina cuando llueve. No aprovechamos para reciclar materiales como el vidrio, el plástico, electrónicos. Un pequeño porcentaje se recicla y lo demás se desperdicia y va a parar al relleno sanitario. Aún no se afinan ni planifican accione s que lleven a una óptima gestión en empresas, instituciones y organizaciones, aún es muy improvisado y no planificado.

Que resuene como eco en los funcionarios, ejecutivos y empresarios. El aprovechamiento eficiente de los recursos con que se dispone es necesario para impactos de éxito y para avanzar en materia ambiental y de sostenibilidad.
Generar energía en base a biodigestores, combustible a base de desechos orgánicos, nuevamente mercados municipales con autonomía energética, usando el recurso disponible para estimular las energías renovables.
Pero nos negamos a ver más allá y a acomodarnos al ritmo existente, sin innovación no vamos a poder hacer frente a las consecuencias del cambio climático.


Desaprovechamos el sol, cuya radiación siempre es generosa. A pesar de estar en invierno, siempre hay radiación suficiente para fomentar aún más el uso de la energía solar, y es importante que este beneficio energético llegue a las comunidades con menor ingreso, eso es progreso y acortar la brecha de la desigualdad. Hay empresarios e instituciones que ya tomaron gran conciencia y ahora producen y compensan al medio ambiente producir con energía limpia. Lo que falta sería hacer que los proyectos de energía solar sean con enfoque más social.

Aprovechar puede tener dos connotaciones: la primera y totalmente reprochable que es la que busca un beneficio egoísta. Descartémosla. Y la segunda es la que se enfoca en un beneficio colectivo, social, que incluye el medio ambiente. Esa adoptemos.


Publicista y ambientalista/Chmendia

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Medio Ambiente Opinión

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