Este Día del Padre es importante reflexionar que parte de lo que hoy somos como sociedad es transmitido desde nuestros ancestros, incluso el respeto al medio ambiente.
Recordemos también que nuestra sociedad se desarrolló y se consolidó en la agricultura desde el período prehispánico y todo ese sentimiento de respeto a la tierra y al entorno proviene desde nuestros antepasados, la tradición oral que ha llegado a las generaciones en la actualidad.
Pensemos en el campesino que ha preparado la tierra y que está listo para cosechar, es parte de un proceso de educación y tradición oral en el cual la agricultura se desarrolla y se asienta en nuestro territorio como eje fundamental de la vida y la economía, es cierto que ahora existen renombradas escuelas agrícolas con avanzadas técnicas e ilustración, pero no podemos dejar de un lado aquella primera palabra en náhuat, del “Tata” al pipil tsin (muchachito) que comienzan a sembrar en la tunamil, para hacer prosperar la historia agrícola de nuestro país, la cultura gastronómica vernácula de El Salvador.
Gracias a esos padres que han llevado a sus hijos a la playa, a disfrutar del horizonte marino, que enseñan a sus hijos a maravillarse por las criaturas del océano, de los fenómenos naturales, de las actividades al aire libre, de la montaña y el bosque húmedo, de la observación de las aves, de explicar el fenómeno de los azacuanes, de observar las estrellas en la noche, de nombrar las constelaciones, aprenderse unas dos que tres, de ver algún eclipse total de luna (como el de hace un mes). Gracias también a esos padres que enseñan a amar y respetar a los animales, que enseñan a cuidar y a hacerlos parte de la familia; a respetar su hábitat, que cuidan del bosque, de las plantas y los árboles, que han sembrado con sus hijos un arbolito en su jardín o finca, y algunos que han llegado a ver ese robusto árbol y se acuerdan: este árbol lo sembró mi papá.
Nuestra admiración a los papás que han enseñado a sus hijos por medio de sus palabras sencillas que el Cambio Climático es una realidad y que si no cuidamos lo poco que tenemos del inventario natural, las futuras generaciones sufrirán; también aquellos padres que han enseñado a sus hijos a defender con dignidad su tierra, de la contaminación, de los intereses mezquinos y voraces de gente sin escrúpulos, que quieren pasar por encima del alto costo ambiental. También el reconocimiento para aquellos padres que son empresarios e industriales que una vez dijeron a sus hijos que el futuro corporativo tendrá que ir de la mano con el respeto al entorno ambiental y social, que sin dudar transmitieron valores y que ahora han hecho que las empresas puedan coexistir positivamente con el medio ambiente y la sociedad, producir sin dañar. Esos padres que han sembrado valores ambientales a sus hijos… ¡Feliz Día del Padre!
Publicista y ambientalista/Chmendia