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Un regalo que preservar

Los bosques de manglares son ecosistemas altamente productivos y permiten el desarrollo de una inmensa cantidad de especies animales, tanto de agua como de tierra. Primates, felinos, aves, lagartos, crustáceos, peces, prosperan muy bien en estos ambientes. Muchas especies necesitan de la protección que dan las raíces en las fases tempranas de su vida.

Por José María Sifontes
Médico siquiatra

Los manglares son verdaderos regalos de la naturaleza y desde una perspectiva geológica son más valiosos que las minas de diamantes o de oro. La planta que los origina, el mangle, tiene características muy peculiares. Crecen en los estuarios, en los que se mezcla el agua salada del mar con el agua dulce de ríos o lagos. Sus raíces están por encima del suelo y forman intrincadas marañas que dan soporte a los troncos, las ramas y las copas. Los requerimientos muy especiales de salinidad y geografía hacen que los bosques de manglares sean relativamente escasos. Según la UNESCO representan el 1 por ciento de todos los bosques tropicales y menos de 0.4 por ciento de las áreas boscosas del planeta. Muy valiosos y raros, como los diamantes.

Los bosques de manglares son ecosistemas altamente productivos y permiten el desarrollo de una inmensa cantidad de especies animales, tanto de agua como de tierra. Primates, felinos, aves, lagartos, crustáceos, peces, prosperan muy bien en estos ambientes. Muchas especies necesitan de la protección que dan las raíces en las fases tempranas de su vida.

De acuerdo con una publicación de National Geographic de julio de 2022 los bosques de manglares protegen las zonas costeras de peligros naturales como inundaciones. Una franja de tan sólo 500 metros de manglares es capaz de reducir la altura de las olas entre un 50 y un 99 por ciento, según la publicación. Son protección gratis contra los tsunamis para los que viven o tienen negocios como hoteles y restaurantes en la costa.

Un importante beneficio extra que dan los bosques de manglares es con relación al clima y a los efectos del cambio climático. Si existe una especie vegetal que secuestre el CO2 de una forma eficiente es el mangle, que es capaz de secuestrar este carbono 50 veces más rápido que cualquier otra planta. Un pequeño bosque de mangle absorbe y retiene las emisiones de carbono que expulsan un par de miles de vehículos, limpiando el aire y disminuyendo el efecto invernadero de estos productos.

Todo lo expuesto nos da una clara evidencia de lo valiosos que resultan los bosques de manglares, y la importancia de su cuido y conservación. Cualquier factor que los ponga en peligro debe llamar la atención. El plan de construir un aeropuerto, o cualquier otra infraestructura, sobre un bosque de mangle debe ser considerado a la luz de estas razones. Estos bosques son escasos, tardan muchos años en desarrollarse y, en caso de que no se destruyan completamente, su recuperación es lenta.

Las construcciones sobre un manglar causarían daños que no se pueden estimar con exactitud pero que serían enormes. Desde un punto de vista ecológico sería como dispararse en el pie. En El Salvador no nos sobran los bosques de mangle, y estamos muy urgidos de los beneficios que aportan.

Muchas veces los planificadores de obras no son conscientes de los daños potenciales, no es su especialidad. Pero para eso están las instituciones que tienen que ver con el medio ambiente, para advertir de los riesgos. Por otro lado construir un aeropuerto sobre terrenos fangosos no parece la mejor idea. Además de posibles hundimientos el aterrizaje de aeronaves en pistas mojadas es factor de riesgo. Ahora es el momento de llamar la atención sobre todo esto, y es un deber moral hacerlo, después será demasiado tarde. 

Médico Psiquiatra.

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Medio Ambiente Opinión

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