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Pequeñas recargas de oxígeno

Instamos a las autoridades correspondientes a resguardar estas pequeñas recargas de oxígeno para la capital, a evitar su depredación y a evitar que construyan sobre ellas (quebradas)

Por Carlos Francisco Imendia | Nov 07, 2022 - 19:27

El accidentado relieve de nuestra ciudad capital, que se dispersa desde el edificio volcánico (parafraseando a los vulcanólogos) del volcán de San Salvador, rico en quebradas, barrancos, hondonadas, laderas, y la mega explosión milenaria de la caldera de Ilopango que fue generosa en mantos de ceniza y tierra blanca y que fueron labrando el actual paisaje geográfico de San Salvador, nuevamente reverdecido y lleno de vida, provisto de abundantes árboles que evitan la erosión de estos barrancos y terrenos, entre esos árboles mencionamos robustos guarumos, conacastes, arboles de bambú, arboles de mangos, aguacates, entre otros y han logrado formar auténticos sumideros de carbono que filtran la contaminación de la atmósfera proveyendo oxígeno y a su manera sostienen la biodiversidad en su interior.


Hay quebradas que nacen en el volcán de San Salvador y son auténticos corredores de biodiversidad, recuerdo uno en particular donde pude apreciar cotuzas. En otras hay tacuazines, mapaches, ardillas, los famosos micoleones, zorrillos, armadillos, liebres, puercoespines, murciélagos, etc. Además una gran cantidad de insectos, aves como: Zanates, pájaros carpinteros, chontes, búhos, gavilanes, zopilotes, pericos, lora nuca amarilla, ahora se ven tucanes pico de navaja, personalmente he podido ver chachas, halcones, hermosos torogoces, etc.

Ante el avance de la mancha gris (urbanización), cuando uno ve especies que antes no era común ver, piensa que han sido arrinconadas por la urbanización, y es el caso de la ardilla común gris, que ahora las vemos haciendo acrobacias como buenas equilibristas en el tendido eléctrico, y que en algunas zonas se han vuelto un problema, se reproducen con rapidez, ingresan a las casas en busca de alimento.


Gracias a Dios no sufrimos de lo que se sufre en algunas localidades en la India, donde al sobrepasar esta fronteras de la urbanización y las reservas naturales, peligrosos leopardos conviven con las personas, siendo una situación muy difícil ya que se han incrementado ataques a seres humanos y muchos niños menores de tres años han sido devorados por estos grandes felinos. En nuestro país en zonas aledañas a la cordillera del Bálsamo, se han visto deambular a los venados colas blancas con sus crías, algo que era muy raro ver décadas pasadas. Así también ver ingresar en casas o patios serpientes peligrosas como coralíos, o inofensivas pero enormes mazacuatas, también es parte de ese avance de la urbanización en zonas que colindan con reservas protegidas.

Con las recientes lluvias, las cárcavas que se han formado por montón, hemos podido apreciar enormes barrancos al descubierto, donde se construyó sobre ellos, o como dicen en buen salvadoreño: Se embovedó, como la única solución de diseño e ingeniería para poder avanzar en el crecimiento urbanístico sin sopesar muchas veces los peligros y amenazas que eso conlleva y como hemos visto, en el famoso caso de la colonia Brisas de San Francisco, muchas personas han perdido todo, por mal diseño e intereses económicos sin ver graves riesgos. Y ese es solo uno de los tantos ejemplos de zonas donde se han construido sobre auténticos precipicios, hondos barrancos, usando el diseño más común para solventar el problema: embovedar.


Gracias a Dios la estación lluviosa está por concluir, no así el cambio climático, y los inviernos o estaciones lluviosas venideras serán más catastróficas, será de ir jugando a la ruleta rusa cuál será la próxima urbanización que ceda a la fuerza de las aguas y la naturaleza, esperemos en Dios que no sea así.

Difícilmente podemos acceder a una fuente de datos que nos proporcionen información de zonas vulnerables o estudios que nos indiquen que tipo de zonas están en grave riesgo, casi siempre las desgracias nos sorprenden, en el momento de las lluvias o torrenciales aguaceros.


Pero debería ser importante certificar estas zonas donde hay vegetación y biodiversidad urbana, como la quebrada la Mascota, por ejemplo. Estamos en una era donde los ministerios y comunas deberían ocupar recursos tecnológicos y no lo hacen; siguen enfrascados en la comodidad y en priorizar otras cosas. Debería existir un mapeo y una protección exhaustiva de estas zonas en el corazón de la ciudad, algunas a pesar de estar contaminadas ya.


Instamos a las autoridades correspondientes a resguardar estas pequeñas recargas de oxígeno para la capital, a evitar su depredación y a evitar que construyan sobre ellas (quebradas), proteger esos pequeños ecosistemas que aún cuentan para la descontaminación de nuestra urbe.

Publicista y experto en descarbonizacion

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Medio Ambiente Opinión

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