"No te vas a poner los calcetines encima de los zapatos”, decía alguien como para poner en contexto que todo lleva un orden para tener éxito. Planes, acciones, iniciativas tienen que ir en ese ritmo. Mucho revuelo y asombro ha causado el anuncio de los diputados de castigar con cárcel a quien tire en la calle desechos que lleguen a pesar más de dos libras.
Y es que algunos ciudadanos rayan en lo abusivo y sinvergüenza, llegando a tirar cualquier objeto de gran dimensión en quebradas o cauces de ríos, desde lavadoras hasta refrigeradoras, no se diga camas y colchones, realmente es una “chabacanada” como se dirían en buen salvadoreño. Y la única manera de crear una cultura forzosa del desecho y la limpieza es por medio de leyes duras y atemorizantes. Un pandillero, violador, narco y alguien que tire basura en la calle podrían compartir celda en Mariona pareciera no ir en un orden lógico eso, pero será posible. El problema es que ante la acumulación de basura, inoperancia en algunos aspectos por parte de las autoridades, falta de fondos y soberbia ciudadana, mala educación de las personas, la suciedad pareciera que la merecemos, ver zonas llenas de putrefacción parece normal en el paisaje. Y el orden y la limpieza nos parecen extraño y hasta raro.
Cuando se quiere dar un giro de timón abrupto, el impacto cae como balde de agua helada en la cara, muchos saltan y se manifiestan preocupados. El abanico de analistas de la realidad política en el país dice que es una acción populista de los diputados, unos de acuerdo y otros en desacuerdo. En el caso del Ministerio del Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) y en el artículo 98 de la Ley de Medio Ambiente aplica una normativa blanda que impone una sanción mínima, de igual manera el Código de Salud en sus artículos 74 y 78.
El MINSAL mete la cuchara en el tema de los desechos y es enfático: “Corresponde al ministerio de Salud la autorización de la ubicación de los botaderos públicos de basura y reglamentación” (Por cierto una visión muy retrógrada que debería cambiar). Tres actores fundamentales en reglamentar y normalizar el desecho y a lo largo de los años no han sido contundentes y cuyas normativas no han tenido colmillos. Un claro ejemplo es que en la mayoría de predios baldíos donde instalan rótulos que prohíben botar basura, es donde más botan y más se acumulan los desechos. ¿Cuál respeto?
Pero eso de penalizar con cárcel tampoco es nuevo y el mismo Código Penal lo señala: “En el Art. 255 sobre la contaminación ambiental, Si se pusiera en peligro grave la salud y la calidad de vida de las personas o el equilibrio de los sistemas ecológicos será sancionado con prisión de cuatro a ocho años”. Lo que se asume es que el tema está sobre legislado, pero se remarca nuevamente, volviendo al principio de este artículo, el orden y los factores son esenciales para reflexionar sobre las leyes severas que castigaran a los ciudadanos que boten desechos irracionalmente.
En el caso de las municipalidades deberían tener más programas de educación de reciclaje y separación (en casi la mayoría inexistentes), infraestructura para el procesamiento de los desechos, servicio de recolección óptimos, etc. Pero es muy difícil hoy en día con un cercenado presupuesto que la mayoría de las alcaldías necesita para operar y tratar con importancia el tema de los desechos.
En el caso de la industria y los fabricantes deberían optar por producción alternativa, para evitar incrementar la producción de desechos de un solo uso con una estrategia de recuperación del material reciclable. Promover de la cultura del refill en restaurantes y hoteles, que se reduzca el uso y producción de plásticos de un solo uso.
Establecer y fomentar la inversión industrial del reciclaje: si existe una sobreproducción de desechos, debería establecerse paralelamente una óptima capacidad instalada de plantas que procesen el desecho, no solo centralizas o alejadas de la población sino cercanas y en el área litoral del país, donde la contaminación llega al mar.
Organismos internacionales, regionales y los promotores de la inversión a nivel gubernamental deberían apoyar esta moción que sugiero, financiar la infraestructura industrial del reciclaje. Así también el gremio industrial en El Salvador muy respetado e interesado en el tema de la sostenibilidad deberían fomentar más en dicho sector este tipo de inversión, por medio de ferias. Un evento novedoso en el país debería ser una feria que tenga que ver con el tema del proceso industrial del reciclaje.
Publicista y especialista en reciclaje