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Las consecuencias de la inteligencia artificial

El progreso tecnológico, como ya se ha dicho, es una realidad inevitable y con un gran potencial que debe ponerse al servicio de la humanidad. Sin embargo, cuando esto no queda del todo claro, las consecuencias pueden ser opuestas a los objetivos originales. Por ello, la intención de dar dignidad a una máquina responde a una visión en la que el ser humano no es más que un conjunto accidental de operaciones sin nada propio de sí mismo

Por Guillermo Zaragoza | Jul 06, 2022 - 15:57

Recientemente se ha desatado una controversia por las recientes declaraciones del ingeniero Blake Lemoine de Google, quien asegura que la empresa ha desarrollado una auténtica inteligencia artificial, la cual describe como una entidad “sintiente”. Esto ha sido causa de distintas discusiones referentes a ellas y a las implicaciones morales de su existencia. ¿Acaso un sistema de tales características y complejidad puede llegar a considerarse un individuo, y, por consiguiente, un sujeto de derechos?


La tecnología avanza a ritmos y direcciones completamente impredecibles, aun con pocos años de anticipación. Esto hace que se generen expectativas en torno a los límites del progreso tecnológico y de cómo los mismos nos obligan a formular preguntas sobre las cuales nunca antes sentíamos necesidad de responder. Por ello, en el caso particular de Google, aunque cabe ser realmente muy escéptico ante la magnitud de tales aseveraciones (que pueden ser imprecisas por muchas razones), conviene contemplar el escenario en el que las mismas tengan cierto grado de verdad, o bien, el escenario en que haya posibilidades futuras de que una auténtica inteligencia artificial tenga como propiedad la conciencia.

La conciencia puede concebirse desde distintas perspectivas, pues no parece haber un claro consenso sobre qué es la misma. Puede verse tanto como una capacidad objetiva y trascendente, así como un simple subproducto de un sentido avanzado del procesamiento de la información; o sea, no una realidad en sí misma. Al ser una definición que involucra tantos aspectos de la filosofía y la metafísica, la conciencia no es algo que la ciencia pueda, ni pretenda, definir en su totalidad. Por lo que asumir que un producto humano posee algo que ni aún el mismo creador entiende totalmente, es realmente ingenuo y precipitado.


Pero aún con todo lo ya dicho, es posible asumir que una inteligencia artificial pueda en el futuro poseer una conciencia propia, si se asume que la misma es un simple subproducto de la capacidad avanzada del procesamiento de información. Aún con todo esto (y teniendo en cuenta que esta es la visión más abarcativa de la conciencia), la suposición de que la inteligencia artificial sea un sujeto de derecho carece de fundamento suficiente. Supone que el ser humano posee su dignidad sólo ante la presencia de una de sus operaciones y no por su naturaleza en sí. La elección de una operación específica es siempre arbitraria, pese a que la presencia de una conciencia que genere experiencias subjetivas provoque relativa empatía. La empatía es un mecanismo biológico, que existe con el propósito de hacer más efectiva la supervivencia de la especie. Sin embargo, no representa, en modo alguno, el fundamento del valor humano, sino solo un medio para tal fin. Por ello, si alguno llegase a carecer de empatía, esto no lo haría carecer también de responsabilidades éticas (principio no solo aplicable para los individuos, sino también para las sociedades).

El progreso tecnológico, como ya se ha dicho, es una realidad inevitable y con un gran potencial que debe ponerse al servicio de la humanidad. Sin embargo, cuando esto no queda del todo claro, las consecuencias pueden ser opuestas a los objetivos originales. Por ello, la intención de dar dignidad a una máquina responde a una visión en la que el ser humano no es más que un conjunto accidental de operaciones sin nada propio de sí mismo y, de ello a decir que no tiene ninguna dignidad en absoluto, existe una delgada línea que no se debe cruzar.


Estudiante de Economía

Club de Opinión Política Estudiantil (COPE)

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Inteligencia Artificial Opinión

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