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Febrero y las clases

”Februum era en latín sacrificio y expiación, y februo era purgar, purificar. De aquí vino a decirse februarius (el tiempo de la purificación), y en castellano, febrero/hebrero”.

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Por Carlos Alberto Saz
Publicado el 06 de febrero de 2023


Febrero es el segundo mes del año, el más corto del calendario, que sólo tiene 28 días en los años comunes, y 29 en los bisiestos.


La voz ‘febrero’ es grave o llana porque su mayor fuerza de voz recae en la penúltima sílaba, en ‘bre’ (fe-bre-ro) y sólo llevan tilde las llanas que terminan en ‘z’, como en cáliz Cádiz, Rodríguez, Henríquez, Fernández, etc.


Derivadas de la palabra ‘febrero’ son, por ejemplo, febrerino y febrerina. Una población que celebre sus fiestas patronales en febrero se denominarán Fiestas Patronales febrerinas (y no ‘febreras’).


Los días, los meses y las estaciones deben escribirse con minúscula inicial: enero, febrero, marzo, abril … septiembre (o setiembre), junio, julio… verano, otoño, invierno (o hibierno).

A menos que esos nombres sean el título de un tema (como en el presente caso), o –naturalmente- que vayan después de punto.


Pues bien, referente al tema, en el libro Origen de las palabras extrafalarias, del lexicólogo y gramático español, doctor José Calles Vales, encontramos la siguiente información acerca de febrero:

"febrero. Voz masculina. Alude al segundo mes del año, el más corto del calendario, con sólo veintiocho días, o veintinueve si da el caso que es año bisiesto.


"En latín se llamaba februarius de donde >febrero, porque es voz semiculta, ya que la forma popular es hebrero, anticuada y prácticamente olvidada. El mes de febrero, como otros tantos, fue nombrado por Numa Pompilio y se dedicó a las purificaciones. Consistían éstas en hacer sacrificios a Plutón (dios de los infiernos), con el ánimo de que los muertos descansaran en paz, y se encendían luminarias en los sepulcros.


"Durante el mes de las purificaciones o purgaciones, no se celebraban matrimonios, ni se utilizaban instrumentos musicales: era un mes considerado nefasto, y por esa razón era el último del calendario romano y lo hicieron más corto.


"Februum era en latín sacrificio y expiación, y februo era purgar, purificar.


"De aquí vino a decirse februarius (el tiempo de la purificación), y en castellano, febrero/hebrero”.

Si los niños están enfermos, nos los mande a la escuela
Sí, no los mande ni a la escuela ni al colegio, esto es si ellos presentan síntomas gripales. Así lo recomienda el Ministerio de Salud Pública.


La recomendación del Minsal dice así: “Las clases en el sector público arrancan el 6 de febrero, y aunque los casos de covid 19 han bajado, el Minsal pide precaución.


“El Ministerio de Salud (Minsal) recomienda a los padres de familia y cuidadores niños no enviar a estudiantes con síntomas gripales a los centros educativos.


“Si la mamá se da cuenta de que su hijo tiene problemas respiratorios, que no lo mande a clases. Estas son cuestiones de información y aprendizaje que nos dejó la pandemia del covid 19, dijo ayer el ministro de Salud, Francisco Alabí, en la entrevista matutina de la radio YSKL.


“Si el maestro detecta a un niño con temperatura o con otra situación similar, pues se debe proceder a retirarlo al hogar y coordinar con el sistema de Salud para que se le haga una visita por parte del primer nivel de atención, expresó Alabí”.}


“Epidemiólogos han considerado, además, que los docentes usen mascarilla”.

Y es que, realmente son los reyes del hogar. El niño merece todo respeto, toda consideración y las atenciones requeridas para que se mantenga sano de cuerpo y espíritu. De cuerpo, en el sentido de que mantenga el aseo de su organismo; y de espíritu, de que practique normas éticas y morales, como el compañerismo, el respeto hacia sí y a los demás; de tal manera que en el mañana sea una persona emocionalmente equilibrada, capaz de aportar lo mejor de sí, a la familia, a la comunidad y a la patria en general.


Y es que, como recomendó el filósofo poeta Juvenal: “Dadle amor a un niño y ganaréis un gran amor”.

Y la insigne maestra y poetisa chilena Gabriela Mistral, que laboró por muchos años en escuelas de ese país, dijo: “Niños, después de muchos años, cuando yo sea un montoncito de polvo, jugad conmigo, con la tierra de mi corazón y de mis huesos. Y ese montoncito, pisadlo a cada instante porque a cada instante me conmovieron los niños, de tristeza y de dolor”.


Y es que “Criemos niños seguros de sí mismos”, dice en su libro el psicólogo, doctor C. James Dobson. Editorial Betania. México, 1996.


Y agrega que “Desde una temprana edad el niño comienza a aprender la importancia social de la belleza física. Los valores de la sociedad en que vive no pasan inadvertidos a sus pequeños oídos, y muchos adultos ni siquiera tratan de ocultar sus prejuicios. Es asombroso ver cuán eficazmente enseñamos a nuestros pequeños hijos a rendir culto a la belleza. Al examinar la literatura tradicional de la infancia, me sorprendió ver cuántas de las historias, incluso las más antiguas, tienen que ver con la belleza física, de una o de otra forma”.

Maestro, sicólogo, gramático.

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