La magia de la divina luz nos indujo al “shuddhi” que es la purificación del ser. Shiva “el benigno” -deidad de la bondad- nos condujo al interior de la isla de aquel mar estelar. Vimos un ave maravillosa atravesar las “amburas” -nubes pasajeras del cielo de Akala. “Es el vuelo de un sueño” –dijo la amada Karuna. “Sí –respondí. El vuelo de nuestro sueño; del sueño divino”. Subimos los escarpados riscos hasta llegar a la cima del islote de Rasa. Fue cuando encontramos las huellas de otras vidas. Sus pasos se habían petrificado y en los muros de piedra del acantilado encontramos inscripciones esculpidas. Una de ellas decía: “Aquí estuvo Sícilo el místico. No sé cuándo he de volver. El Templo de la Divina Luz estaba en mí, mas tuve que cruzar un largo viaje estelar para encontrarlo y llegar aquí, a mí mismo. La distancia era más corta, pero yo lo ignoraba. A treinta mil años-luz del centro de la Vía Láctea realicé finalmente la odisea de mi propio y maravilloso encuentro”. Había en el peñasco otras inscripciones que fuimos leyendo una a una. Como leyendo la historia de una Humanidad fugitiva de sí misma. (XLVIII)
FILOSOFARTE: Inscripciones en la isla de un renacer
Por Carlos Balaguer | May 08, 2022 - 21:12