Muchos de la varada expedición espacial partirían en el navío “Ícaro” con la esperanza de encontrar la ruta sideral al planeta Tierra –como un volver a sí mismos. Pero recuperar los mapas cósmicos sería casi imposible para los ingenieros de vuelo. El viaje de retorno –si no incierto—era un riesgo mortal por las fallas de la nave espacial. Algunos expedicionarios nos quedaríamos en aquel desconocido planeta, al que llegamos por la energía anti-materia de los reactores nucleares de alta aceleración. De esa manera habíamos cruzado el imposible umbral del tiempo y del espacio. Los que quedábamos en la soledad de “Akala” lo hacíamos, creyendo sobrevivir y acaso refundar allá la historia humana. Los demás regresaban en aquel viaje suicida por la nostalgia de su distante paraíso inmerso en la nube solar de ORS. “Dejémosles partir a buscar la felicidad perdida o las cenizas del planeta en llamas que dejó la desaparecida civilización nuclear” –opinó el Almirante La Salle. El mismo que también quedaba sin volver allá. “Buscarán lo perdido de la historia humana o el polvo de su gloria” –afirmó. (XII) <“Éxodo del Sapiens Estelar al Universo” C.Balaguer-Amazon)>
Los que volvían al planeta Tierra
Por Carlos Balaguer | Mar 07, 2022 - 19:16