Kania -el cazador de montañas- pregunta a Layo por su madre. “Tu madre fue aquella montaña -respondió éste. Una hermosa mujer, oriunda de una tribu de cazadores montañeses llamados rhunos. La desgracia cayó sobre ellos: fueron asesinados por tribus enemigas. Tu madre murió en la matanza. Yo era un mercader viajero y tú un niño que encontré perdido en el erial. Fue extraño: alguien había dejado contigo unos mapas. Justamente los mapas de Rhuna, esa vasta región en las tierras altas. Comprendí entonces que ese reino te pertenecía desde entonces, pues nadie más poseía las cartografías, selladas por el Imperio. Tú eras acaso el último de los rhunos. Por ello te llevé conmigo y te cuidé desde entonces, guardando además, celosamente aquellos mapas. Estaba escrito que tú volverías a las montañas a devolver a aquella estirpe su reino y su pasado. Rhuna el hombre, regresaría a Rhuna, la montaña. Puedes irte a los montes. Sigue el camino de las cabras monteses o remonta cuesta arriba el río de los peces rojos. De esa forma llegarás a ti, que eres hombre, monte y soledad.” “Pero ¿cómo he de encontrar ese lugar perdido en lo profundo de mi ayer?” -cuestionó Kania. (XXIV) <de “La Esfinge Desnuda” -C.B.>
El cazador pregunta por su madre
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Por Carlos Balaguer | Sep 13, 2022 - 15:19