“¡Di quién soy padre amado y pronuncia mi nombre verdadero!” -exigió Kania a su difunto padre. Lapo, abriendo sus ojos, regresó a la vida y exclamó: “¡Rhuna; ese es tu nombre! En lengua aborigen significa Montaña.” Kania quedó desconcertado, sin creer aún lo que estaba ocurriendo. Lapo continuó: “He conocido al morir un reino hermoso, del cual he regresado sólo por cumplir la promesa de decirte quién eres, así como para efectuar algunos cobros que dejé pendientes en mi almacén. He vuelto del mundo de los muertos y seguiré viviendo, pero mi alma no estará aquí. Ya no soy el hombre de ayer. Sólo soy la respuesta que esperabas.” Después de eso, el resucitado comerciante siguió atendiendo su negocio, ante el asombro de los demás. Sin embargo, lo primero que hizo fue contarle a Kania todo sobre su origen. “En principio, no eres nacido en este valle yermo y dorado, sino en las montañas de las tierras altas. El suelo natal de tus hermanos fue la llanura y su madre una mujer común. Por eso son necios, crueles y vulgares. Tu madre, en cambio, fue Rhuna —la montaña de fuego. Por eso tus ojos tienen la luz del altozano y tu piel es del color de esas tierras cósmicas. (XXIII) <de “La Esfinge Desnuda” -C.B.>
¡Vuelve a la vida y pronuncia mi nombre!
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Por Carlos Balaguer | Sep 12, 2022 - 16:16