“Sólo puedo enseñarte a cambio de tu vida. Sólo viviendo los largos y solos años del erial, el hombre logra aprender. Sólo dando su vida, logra adquirir el conocimiento.” El arquero, al parecer estaba dispuesto a pagar tan alto precio. “He venido a pedirte divina cantora, que me liberes de las cadenas de la ignorancia y termine así mi esclavitud, que tanto dolor y tormento ha causado a mi alma. Es mejor morir para la vida que vivir para morir. Toma mi vida y mi muerte, y hazme saber el enigma de mi desdichada eternidad.” Hablando en samsaro antiguo la Esfinge respondió a Kania: “Primero háblame de ti, arquero de la mirada triste. Dime qué deseas aprender de esta anacoreta quimera. Di quién eres extraño hombre, que pregunta en vez de responder; que aprende en vez de olvidar.” “Soy Kania, la otra esfinge. La fiera fabulosa que habita en mis lejanas ciudades de carbón. Soy otra quimera desdichada como tú. Lo único que nos hace diferente es mi desnudez. A ti te cubre el oro de tu pelambre: a mí el frío de mi soledad... A ti te cubre el sol y a mí estos harapos de humanidad que han cubierto mi piel. Igual que tú soy feroz e implacable. Igual que tú soy la vida y la muerte. El hombre y la utopía. Kania y la quimera despiadada. El grito y el erial.” (X) <de “La Esfinge Desnuda” -C.B.>
La otra fiera fabulosa del desierto
.
Por Carlos Balaguer | Ago 24, 2022 - 19:09