Tal ocurre en las guerras genocidas entre pandillas -reclamando sus barrios y territorios de tráfico, extorsión y comercio- se perfila en pleno siglo XXI una letal guerra armada entre potencias mundiales contra el libre comercio planetario. Escalada de guerra que amenaza no sólo el colapso del comercio global, sino a la vida misma de ¡7,000 millones de seres humanos! Mismos que reclaman al cielo, al diablo y a las Naciones “Desunidas” del mundo (sin incluir a la Organización Mundial del Comercio, por no tener papel protagónico): Paz, pan, salud, agua, soberanía y sobre todo la vida y salvación del Sapiens moderno del ¿último? Siglo. El tiempo se agota y minuto a minuto nos acercamos al borde de una posible catástrofe, promovida por el oro maldito de la guerra, mediante sofismas raciales, ideológicos, credos y cuaternarias filosofías de poder. No de el poder de amar -que signa nuestra divinidad- sino de el amor al poder. Trágico escenario que enfrenta el planeta y la especie humana, ante suicidas jerarcas que juegan con fuego como en el mismo infierno de Dante. Estamos en la frontera fatal de la Historia humana, donde el nuevo Caín se inmola a sí mismo en el último Paraíso de la nueva era nefasta del milenio. “¡Ave César, los que van a morir te saludan!” se oye en el desierto. Y más allá: ¡Salvanos Señor! ¡Gloria patris! ¡Pax in Orbis!
Guerra armada contra la vida y el libre comercio mundial
.