“¿Cuál es tu mensaje, viajero de una desconocida leyenda?” -preguntó la joven ariana, en su encuentro con Mandares a orillas del caudaloso Ares, río del dorado torrente que llegaba desde los altos montes. Aquel le anunció a la mitológica esfinge. “Tarde o temprano la terrible cantora entrará a la ciudad de Ara también, como lo hizo en mi desaparecido reino de Rhuna. La fabulosa aparición encegueció a todos sus habitantes con sus enigmas, engañando y seduciéndoles, con su dorado y fascinante mirar. Víctimas del hechizo, sucumbieron ante ella hombres y provincias enteras. Como ocurriera con el reino de las montañas de oro. La cantora fatal confundió sus mentes y discernimiento al pronunciar sus cantos trágicos, destruyendo miles de vidas. Mi misión —dentro del tiempo circular— es llegar hasta la última civilización solar, para dar la profecía de la enigmática deidad. Los místicos de Uma sostienen que es la única forma para que esa maravillosa raza sobreviva al promisorio mañana. De lo contrario, la esfinge terminará borrando la historia de la humanidad.” “Quédate en Ara, enigmático viajero -pidió la sensual ariana. Detiene tu viaje al archipiélago y queda conmigo a colar las aguas del río sagrado. Podríamos vivir juntos la dulce paz de esta ciudad perdida en el yermo arenal. Aquí el amor parece cobrar eternidad. La gente vive del oro del Ares y del oro de sus ilusiones.” (XCIV) <de “La Esfinge Desnuda” -C.B.>
El trágico anuncio de la temida esfinge
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Por Carlos Balaguer | Dic 29, 2022 - 08:21