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La Fuerza Armada en la democracia

La Constitución establece que los tres órganos del Estado podrán disponer de la Fuerza Armada para hacer efectivas sus disposiciones, incrementando el espíritu republicano, pero al mismo tiempo el democrático, porque cada órgano fundamental ejerce las potestades otorgadas por el pueblo, que no es más que la soberanía democrática.

Por Hugo E. Fonseca
Militar y abogado

Aquel miembro de la Fuerza Armada que no tenga Honor Militar difícilmente poseerá otros valores o virtudes y le será fácil ser arbitrario y dictatorial. Solo con honor individual y colectivo, la Fuerza Armada podrá convivir con la democracia y permanecer con lealtad al servicio con la Nación

En diciembre recién pasado, un distinguido General de División escribió un correo a sus contactos y entre otras cosas decía: “La Fuerza Armada no es democrática, pero convive con la democracia”.

Meses después surgió el interés de releerlo y analizarlo. Efectivamente la Fuerza Armada no es democrática, no se pide voto para la realización de una campaña bélica. La Fuerza Armada tiene una estructura vertical, conocida como la cadena de mando, pero la institución está inmersa en una democracia con todos sus aspectos y aristas.

La Fuerza Armada es disciplinada y no autoritaria, déspota, arbitraria, abusiva o dictatorial. Existen procedimientos, en lo operativo existe el proceso de toma de decisiones, donde cada asesor del mando aprecia y propone su curso de acción. Éstos son escuchados y analizados por el comandante, quien con su experiencia e intención superior y propia toma la decisión de cómo actuar, por lo que esta decisión es adoptada y ejecutada.

En la parte administrativa, la Fuerza Armada no está exenta de procedimientos. Éstos están determinados por las leyes, además de la ética y el sentido común, los que proporcionan las instrucciones para la realización de todos, o la mayoría, de los aspectos de gestión, dejando muy poco espacio a la arbitrariedad.

Por ello la Fuerza Armada tiene cuatro principios fundamentales:

  • OBEDIENTE: cumpliendo la Constitución, las leyes y las ordenes legales emitidas por cualquiera de los tres Órganos Fundamentales del Estado;
  • PROFESIONAL: el cuerpo de oficiales y suboficiales, que son el recurso humano permanente, no son mercenarios o corsarios y el recurso humano fundamental. La tropa puede alcanzar los niveles de profesionalismo con ascensos, preparación académica y desarrollo de habilidades con los adiestramientos;
  • APOLÍTICA: la institución debe estar separada de las acciones de la política partidista, mas no de la política nacional. Porque la institución es la que sostiene, soporta y protege la democracia, son los institutos políticos quienes participan. El ser partidista o simpatizante de un determinado color perjudica a la democracia que debe sustentar. Sin embargo, cada miembro de la institución, como ciudadano, por convicción propia puede tener simpatía con algún color, sin llegar a ser miembro.
  • NO DELIBERANTE: al ser obediente no es deliberante; al ser una organización vertical, no es deliberante; al soportar y defender la democracia, no es deliberante, siempre que las órdenes e instrucciones sean legales; de lo contrario, se deberán considerarse antes de ejecutarlas.

Solo de esta forma es posible el cumplimento de la primera parte de la misión de fiel manera e impuesta democráticamente por la sociedad: “Defensa de la soberanía del Estado…” ya que la Constitución es la primera y fundamental expresión de la soberanía del Estado y de la democracia.

La Constitución establece que los tres órganos del Estado podrán disponer de la Fuerza Armada para hacer efectivas sus disposiciones, incrementando el espíritu republicano, pero al mismo tiempo el democrático, porque cada órgano fundamental ejerce las potestades otorgadas por el pueblo, que no es más que la soberanía democrática.

Como se mencionó, la institución no puede ser autoritaria, por lo que cuenta con una estructura, régimen jurídico, composición, funcionamiento y jurisdicción especial, definidos por las leyes. Asimismo posee doctrina, establecida en distintos instrumentos, no solo para el mejor empleo de los medios en la campaña bélica, sino para el mejor desenvolvimiento individual de sus miembros.

El principio fundamental de profesionalismo se expresa a través de la Carrera Militar, norma que regula las formas de ingreso y desarrollo dentro de la misma, como es el proceso de ascensos, cómo se deja de ejercer y cuándo termina la carrera, con lo que se protege legalmente los grados, honores y prestaciones constitucionales de los militares.

Pero además de las normas jurídicas, la Fuerza Armada posee valores y virtudes, entre ellos: Abnegación, Cortesía, Disciplina, Espíritu de Cuerpo, Espíritu Militar, Honor, Integridad, Lealtad, Patriotismo, Prudencia, Subordinación y Valor, los que debe conocer todo militar e idealmente poseerlos para ser integral. Sin embargo, aquel miembro de la Fuerza Armada que no tenga Honor Militar difícilmente poseerá otros valores o virtudes y le será fácil ser arbitrario y dictatorial.

Solo con honor individual y colectivo, la Fuerza Armada podrá convivir con la democracia y permanecer con lealtad al servicio con la Nación.

 

Militar y abogado.

 

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