Varios analistas que participan en entrevistas de opinión sobre nuestra actualidad mencionan el libro de Moisés Naím, “La revancha de los poderosos”. Sin duda, su lectura les ha sido útil; sin embargo, somos nosotros, las personas silvestres, comunes y corrientes, quienes deberíamos leerlo, beneficiándonos al aprender las importantes lecciones que Naím expone, vitales para defender y conservar la democracia y la libertad, hoy y ahora, cuando toda la región –nuestro país incluido– está abocada, aparentemente, a vivir en autocracias.
Los autócratas “antiguos” se erigían después de golpes de estado, generalmente cruentos, instalándose en el poder a sangre y fuego, desterrando, encarcelando o asesinando a opositores y estableciendo, en pocas palabras, un régimen de terror descarado. Ahora los autócratas hacen lo mismo, pero solapadamente.
Y con mayor peligro. Y permanecen a mucho más largo plazo.
Porque llegan al poder usando los recursos que la democracia pone a su alcance, para una vez al mando, destruir esa democracia. Comienzan por eliminar las instituciones que garantizan el estado de derecho, facilitando así el neutralizar a sus opositores mediante el “asesinato del nombre” (o del carácter, como otros lo llaman), acusándoles de todo lo malo ya existente, ridiculizándoles, endosándoles falsos delitos, extorsionándoles mediante amenazas de diversas índoles, etc. Simultáneamente, domestican al ejército con prebendas y elevan al máximo la imagen del autócrata y de la corte que le rodea, para lo cual el uso de las redes sociales, a cargo de mercenarios, es su principal herramienta.
El engaño, la mentira, la negación de la historia hasta hacerla desaparecer mediante la creación de otra nueva “historia”, inventada a su conveniencia y voluntad (la posverdad), se vuelven parte de su rutina diaria y permanente. No importa qué tan grande y descabellada sea la invención, lo importante es lograr que penetre en el mayor volumen de mentes y la acepten como real, como lo que deben creer y defender. Así se comprende porqué en los regímenes autócratas, el mayor porcentaje del presupuesto nacional se otorga a la comunicación, ya sea directamente o mediante transferencias posteriores.
El mencionado libro de Naím es una manual que desenmascara, paso a paso, milímetro a milímetro, no sólo cómo llegan los autócratas al poder, sino cómo se mantienen en él, desarticulando todo aquello que se les opone, sin aparente violencia física, pero con iguales resultados de lo que, en el pasado, se hacía a sangre y fuego. Por supuesto, a medida que el régimen se va consolidando y ganando permanencia en el tiempo, acudirán a la violencia sin recato alguno. Es algo que nunca debe perderse de vista. Porque las dictaduras “cool” dejan de serlo a la menor sospecha de oposición. Y entonces viene el llanto y crujir de dientes, como en Nicaragua o Venezuela, donde el autócrata llegó por el voto masivo dentro de una democracia y ésta fue vilmente asesinada.
El libro inicia con un pensamiento de Ortega y Gasset: “No sabemos lo que nos pasa, y esto es precisamente lo que nos pasa”. Es decir: para salir de una situación como la descrita, debemos conocer qué está sucediendo realmente. Por eso es tan importante el que muchos, muchos salvadoreños lean este libro y abran los ojos a la realidad. Porque así, quienes todavía no se han enterado, sabrán exactamente qué es lo que nos pasa. Y actuaremos en consecuencia.
Empresaria.