El Padre nos invita a vivir los valores de Su Reino

El Padre que nos ama, nos invita al banquete de bodas de su hijo porque quiere que participemos en esa fiesta de amor, los invitados para entrar necesitamos un vestido especial (cfMt 22, 1-14) esa vestidura especial es la conversión sin la cual no es posible entrar en la fiesta del reino de los cielos (cf Mt18,3) la conversión comienza en el bautismo y se va realizando a lo largo de la vida nueva en cada bautizado (Rm6, 3-4)

Jesús fue enviado por el Padre para “anunciar las buenas nuevas del Reino de Dios” (Lc 4, 43), Él recorría “Ciudades y pueblos proclamando y anunciando esa buena nueva” (Lc8, 1).
La buena nueva o evangelio que Jesús predica era el amor incondicional con el que Dios nos ama a todos y a pesar de todo (Mt 5, 44-48)
La muestra más grande de su amor fui precisamente enviar a su hijo “para que todo el que crea en él tenga vida eterna” (Jn 3,16).
Jesús es en sí mismo, el evangelio, la buena noticia, la señal más segura de que “el reino de Dios está en medio de nosotros” (Lc 17,21)
El Padre que nos ama, nos invita al banquete de bodas de su hijo porque quiere que participemos en esa fiesta de amor, los invitados para entrar necesitamos un vestido especial (cfMt 22, 1-14) esa vestidura especial es la conversión sin la cual no es posible entrar en la fiesta del reino de los cielos (cf Mt18,3) la conversión comienza en el bautismo y se va realizando a lo largo de la vida nueva en cada bautizado (Rm6, 3-4)
La conversión consiste en despojarse del hombre viejo para revestirse del hombre nuevo (cf Ef 4, 22-24)
El hombre nuevo sabe que “el reino de los cielos es de justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo” (Rm 14,17) por eso está lleno de amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, modestia, dominio propio (Gálatas 5, 22-23)
Los obispos de América latina y el caribe nos han dado un programada de vida para los católicos y para todos los cristianos no católicos, que deseen vivir como hombres nuevos los valores del reino de Dios.
“Las señales evidentes de la presencia del Reino de Dios son:
- La vivencia personal y comunitaria de las Bienaventuranzas.
- La evangelización de los pobres
- El conocimiento y cumplimiento de la voluntad del Padre
- El martirio por la fe
- El acceso de todos a los bienes de la creación.
- El perdón mutuo, sincero y fraterno.
- La aceptación y el respeto la riqueza de la pluralidad.
- La lucha para no sucumbir a la tentación y no ser esclavos del mal”
(APARECIDA #383)
Estos son los valores del Reino que los bautizados debemos conocer, profundizar, vivir y transmitir a las nuevas generaciones, es la tarea a realizar en todos los lugares en los que nos encontramos y hasta que llegue el fin del mundo (Mt 24,14)