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El covid-19…continuación

Hay una nueva variante de ómicron, la XBB. 1.5, que es más transmisible que las anteriores y posee una mayor capacidad de esquivar las defensas naturales del cuerpo. Esta variante surgió en los Estados Unidos, en el norte del país. Su avance ha sido vertiginoso.

Por José María Sifontes
Médico siquiatra

Y otra vez estamos ante un inminente aumento de los casos de covid-19 y la necesidad de reforzar nuevamente las medidas de bioseguridad. La historia se repite y se seguirá repitiendo mientras la población mundial y los estados hagan lo que la comunidad científica recomienda, es decir lo correcto.

En China los niveles de contagio se han disparado de una forma muy alarmante. Sólo en las primeras tres semanas de diciembre hubo 250 millones de infecciones, de acuerdo con cálculos de investigadores epidemiólogos. El gobierno chino, es decir, el Partido Comunista Chino, suprimió a principios de ese mes la política de “Cero covid”. Esta acción probablemente esté asociada con el aumento explosivo de casos, pero no se puede saber de forma exacta. El gobierno ha dejado de dar datos o los da de una forma muy sesgada. Desde el principio de la pandemia China ha actuado de forma dudosa, evidenciando que a pesar de que la pandemia surgió allí no le interesa ni la salud de sus propios habitantes ni la del resto de la población mundial. Castiga a los que protestan, vigila mediante sofisticados medios tecnológicos a la población y no permite la libre divulgación de los datos o las recomendaciones de expertos. No ha escuchado las recomendaciones de la OMS y su insistencia en mayor transparencia. Al parecer el confinamiento excesivo produjo una gran cantidad de personas sin ningún tipo de inmunidad. Además, la poca efectividad de las vacunas chinas y la desconfianza de la población por el gobierno y sus políticas suman al efecto. Hospitales saturados, falta de personal (la mayoría por estar enfermos), falta de medicamentos (en muchos hospitales lo único disponible es el jarabe para la tos) y de espacios en las unidades de cuidados intensivos, son lo cotidiano. Las fotos que se filtran al mundo, pues por mucho que se intente prohibir la comunicación ya no se puede hacer por completo, provocan dolor. Y eso que hablamos de una de las economías más grandes del planeta.

Por otro lado, hay una nueva variante de ómicron, la XBB. 1.5, que es más transmisible que las anteriores y posee una mayor capacidad de esquivar las defensas naturales del cuerpo. Esta variante surgió en los Estados Unidos, en el norte del país. Su avance ha sido vertiginoso. A principios de diciembre su prevalencia era del 4 por ciento. A finales del mes ya era del 40 por ciento.  De acuerdo con el CDC, que sí publica datos confiables, no se ha demostrado que sea más virulento, es decir, que cause una enfermedad más grave, que las otras variantes de ómicron; pero siempre implica riesgos para las personas mayores, las que tienen enfermedades crónicas y las inmunosuprimidas. En los Estados Unidos sucede algo diferente que en China. Allí las autoridades de salud son confiables, tienen buenos datos epidemiológicos que se trasladan a la población con total transparencia. El problema en los Estados Unidos es la población, que se resiste a acatar las medidas de bioseguridad recomendadas. Uno puede circular en centros comerciales, en la calle, en sitios turísticos y nadie porta mascarillas. Los conciertos y los estadios deportivos al límite de su capacidad. Es como si no estuviera ocurriendo nada, como que la pandemia ya hace tiempo hubiese desaparecido.

La pandemia continúa y esto obliga a que los gobiernos sean responsables con la información y que la población sea sensata y acate las medidas de prevención.

Médico Psiquiatra.

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