Trece años se dicen fácil, pero no lo son. El Salvador ha logrado, ayer, un triunfo por 3-1 de Copa Davis ante Zimbabue, un resultado que le permite mantenerse en el Grupo II Mundial, a donde ascendió (tras el cambio de formato) del Grupo III americano en 2009.
Desde entonces, no ha bajado, y ayer, ante un rival con todos sus jugadores con ranking ATP, el reto era complicado, más cuando Marcelo Arévalo, la raqueta uno del país, llegaba cargado de horas de partidos (tres finales - dos títulos) en semanas consecutivas en dobles, un un larguísimo viaje desde México (pasando por Dubái) hasta llegar a África. Allá, Arévalo mostró su nivel para llevarse los dos duelos de singles que enfrentó (en el primero remontó tres puntos de partido) y, junto a Lluis Miralles, ganaron también el dobles para asegurar el triunfo.
Tras el 1-1 de la jornada del viernes, la del sábado arrancó con el duelo clave en el dobles, a donde los cuscatlecos se repusieron para remontar un set en contra (4-6) y se llevaron el partido ante Benjamin Lock y Courtney John Lock por 6-3, 6-2, con lo que tomaron la ventaja de 2-1 en la serie. Después, Arévalo volvió a saltar a la cancha para enfrentase a la raqueta uno de Zimbabue, Benjamin Lock (520 del ranking mundial) al que venció en tres sets por 6-3, 5-7 y 6-2 para asegurar la permanencia.
“En 25 horas, Marcelo jugó tres partidos que son casi ocho horas de juego. Marcelo fue valiente, perdió un set complicado que pudimos haberlo ganado, pero se fue al tercer set y ahí lo cerramos”, dijo el capitán del equipo, Yari Bernardo, al departamento de prensa del Instituto Nacional de los Deportes (Indes).
El quinto punto, que dirimirían Miralles y Mehluli Don Ayanda, de Simbabue, ya no se disputó pues sería solo de trámite al estar ya definida la serie.