En medio de las aguas del Lago de Ilopango conviven los chicos que están aprendiendo el deporte de la vela, que hoy en día tiene como referente a Enrique Arathoon, pero de ese grupo surgen dos chicos en especial, ambos hermanos, Steven y Leandro, aunque actualmente es el último quien está sumando una mejor experiencia dentro del agua.
Leandro Moisés Sánchez Arévalo tiene 14 años de edad y es nacido del cantón Joya Grande de Santiago Texacuangos, día a día hacen el recorrido desde su casa hasta el Colegio de Alto Rendimiento de la Fundación Educando a un Salvadoreño (FESA), donde Leandro estudia octavo grado y posteriormente enfilan hacia el lago para entrenar.
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Steven cuenta que Rodrigo Colorado, ahora presidente de la Federación Salvadoreña de Vela (Fesavela) invitó a los chicos en su centro educativo a que se hicieran parte de la federación y lo hizo primero él en la división de láser, luego se unió Leandro y los resultados hablan por sí mismos.
Este chico logró ser parte de la delegación que hizo parte de los Juegos Bolivarianos Valledupar 2022, en la categoría de Optimist y quedó en la séptima ubicación, además de ganar el Campeonato Nacional de Monocascos, Guatemala 2022 y mantenerse en los primeros puestos de los torneos nacionales y en el ranking de su categoría.
A pesar del fallecimiento de Adrián, el padre de los atletas, e inevitablemente padecerlo a nivel escolar y deportivo, desde la Fundación les ayudaron a poder superar el duelo y recuperar su nivel en la vela, especialmente en Leandro, quien ha conseguido triunfos importantes, como ser considerado promesa en la entrega 2021 de la Espiga Dorada.
La madre de ambos asegura que luego del colegio hacen sus entrenos en Apulo y luego de cenar terminan el día con ejercicio, demostrando que están muy enfocados en el deporte, a pesar de las complejidades de su situación. “Me sentí emocionado porque me tomaban en cuenta para premios importantes, valoraron el sacrificio que he hecho para poder lograrlo”, expresó Leandro.
El velerista asegura que el hecho de ser parte del Colegio de FESA es una gran oportunidad, porque “puedo estudiar y entrenar a la vez, estar en un colegio solo para atletas me ha motivado, ya que no soy el único, nos podemos entender y nunca me imaginé que podía estar en un colegio así”, algo que busca demostrarlo en cada regata.
Sobre su futuro, además de seguir destacando en el deporte y próximamente subir a las categorías láser, asegura que desea una beca en el exterior para estudiar Biología Marina, que permita “en un futuro sacar a mi familia adelante, me gusta todo lo relacionado con el agua y el mar”, algo que con cada competencia está más cerca de lograrlo.