Cinco hombres, acusados de negligencia por la estampida ocurrida durante un partido de fútbol en un estadio de Malang, Indonesia, comparecieron por videoconferencia en la primera audiencia de su juicio este lunes.
La tragedia, que se produjo el pasado octubre durante un encentro entre el Arema FC y el Persebaya Surabaya (dos clubes rivales) en Malang (Java Oriental), se cobró la vida de 135 personas, de las que más de 40 eran menores.
Investigación: Tragedia en fútbol indonesio se debió al uso de gas lacrimógeno
La estampida se desencadenó después de que la policía disparara gases lacrimógenos hacia las gradas cuando grupos de seguidores invadieron el campo, al final del partido.
Tres policías locales, un organizador del partido y un funcionario de seguridad fueron acusados de negligencia y enfrentan penas de hasta cinco años de cárcel. Un sexto sospechoso -un exidrector de la compañía que dirige la primera división de la liga de fútbol indonesia- está siendo investigado.
El lunes, las autoridades desplegaron a centenares de agentes de seguridad en las inmediaciones del tribunal de Surabaya, y la audiencia se celebró de forma telemática por razones de seguridad.
La policía calificó de "disturbios" la invasión del campo de juego y afirmó que dos oficiales murieron, pero los supervivientes acusaron a los cuerpos de seguridad de haber hecho un uso excesivo de la fuerza.
La policía respondió dando patadas y golpeando a los seguidores con porras, según testigos y grabaciones, lo que llevó a más aficionados a saltar al campo. Cuando los aficionados entraron en el campo, los agentes respondieron dando patadas y golpeando a los seguidores con porras, según testigos y grabaciones, lo que llevó a más hinchas a saltar a la cancha.
La Policía Nacional de Indonesia destituyó a los jefes de la policía de Malang y de la provincia de Java Oriental después de la tragedia. El gobierno también suspendió la liga nacional, pero esta se reanudó el mes pasado, aunque sin hinchas en las gradas.
El presidente indonesio, Joko Widodo, ordenó una investigación y prometió que el estadio Kanjuruhan, del Arema FC, será demolido y que en su lugar se construirá otro acorde con las normas de seguridad de la FIFA.