De vuelta de lesión, Memphis Depay debe volver a ocupar su lugar de mejor goleador del Barcelona esta temporada contra el Galatasaray, el jueves en Estambul: el Barça, mudo en la ida (0-0), deberá marcar y ganar si quiere estar en cuartos de la Europa League. El exgoleador del Lyon se había convertido, en un inicio de temporada fulgurante, en el jugador que más camisetas vendía del Barça tras la salida de Messi hasta que se lesionó.
Depay sufrió, el 8 de diciembre en un partido de la Champions contra el Bayern de Múnich, una rotura en el bíceps femoral del muslo izquierdo, que lo apartó de los terrenos de juego durante un mes. Y a su vuelta a principios de enero, sólo pudo disputar dos partidos, en Granada y el clásico contra el Real Madrid en la Supercopa de España en Arabia Saudita, antes de lesionarse de nuevo prácticamente en el mismo sitio, en los isquiotibiales de la pierna izquierda, y sufrir una recaída cuando estaba a punto de volver en febrero.
Un largo túnel de tres meses, pero desde su vuelta a finales del mes pasado, el enorme león que tiene tatuado en su espalda rugió: marcó en la victoria contra el Athletic de Bilbao 4-0. Y una semana más tarde ofreció la victoria 2-1 a los suyos contra el Elche al transformar un penal (84), cuando sólo llevaba nueve minutos sobre el césped.
Titular en la ida contra el Galatasaray el jueves pasado, el N.9 del Barça no logró marcar la diferencia. "Memphis Depay vive actualmente la faceta más amarga del fútbol. Ha pasado de ídolo del público e intocable para el entrenador, a perder la titularidad", resumía el rotativo deportivo Marca a mediados de enero.
El problema es que en tres meses de ausencia han cambiado muchas cosas en Barcelona. Principal punta de lanza ofensiva de los azulgranas desde su llegada el verano pasado, Depay ha visto llegar tres competidores directos en enero: Ferran Torres (procedente del Manchester City), Adama Traoré (cedido por el Wolverhampton) y Pierre-Emerick Aubameyang (libre). Incluso Ousmane Dembélé, que parecía haber caído en desgracia en enero, ha recuperado la titularidad en el costado derecho. Así, tiene mucha competencia, pero no pierde las ganas por rugir de nuevo. Antes de su lesión, marcó 8 dianas y dio dos asistencias en 21 juegos.