Kimberly Dos Crucez es de Jucuapa, Usulután y es fundadora de Glowee, un negocio que inició antes de la pandemia, pero que gracias a las capacitaciones que ha recibido dentro de los programas de la Embajada de Estados Unidos en El Salvador ha hecho crecer.
La iniciativa de negocio de Kimberly inició con su pasión por el cuido de la piel, que para ella, más que belleza, es salud.
“Comencé a meterme al mundo del cuidado de la piel porque no veía que se utilizara y tomé la iniciativa de informarme sobre productos, sus beneficios y qué tan factible era traerlos y comercializarlos”, explicó la joven.
La pequeña empresaria asegura que no es fácil emprender pues uno de los obstáculos con los que se tuvo que enfrentar fue el miedo al fracaso.
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“Siempre hay miedos, pero no se debe tener miedo al fracaso, hay que perderle el miedo porque el fracaso es parte del crecimiento y se debe tener la actitud para buscar oportunidades y trabajar en ello. También se debe tener clara la idea de negocios y para ellos es necesario asesorarnos y también debemos estar capacitándonos”, expresa la emprendedora.
Dentro de las capacitaciones que más han impulsado a Kimberly está la que recibió con la Academia para Mujeres Empresarias (AWE), que fue creada por la Oficina de Asuntos Educativos y Culturales (ECA) del Departamento de Estado de Estados Unidos.
La academia fue creada en 2019 para proporcionar a las mujeres empresarias el conocimiento, las redes y el acceso que necesitan para lanzar o expandir su negocio.
El programa AWE se asocia con la Thunderbird School of Management (ASU) y utiliza su plataforma gratuita de aprendizaje en línea DreamBuilder, que la ASU creó en colaboración con la Fundación Freeport-McMoRan.
Kimberly, además, fue parte del Programa de becas de la Iniciativa de Jóvenes Líderes de las Américas (YLAI).
“YLAI es el principal programa estadounidense de intercambio para jóvenes emprendedores líderes en el hemisferio”, explicó el agregado de prensa y portavoz de la Embajada de Estados Unidos, Ivan Vilela.
YLAI proporciona hasta 280 becas cada año que permiten a participantes de América Latina y el Caribe desarrollar empresas conjuntas e iniciativas para emprendimientos sociales.
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Según explicó el portavoz, el trabajo se realiza en universidades; incubadoras, pequeñas, medianas y grandes empresas y organizaciones no gubernamentales de todo Estados Unidos a la vez que se llevarán a cabo intercambios que facilitarán la colaboración continua con los países de sus contrapartes.
Además de las redes de contacto profesionales y la asesoría que forma parte de esta experiencia, los becarios tienen la oportunidad de desarrollar su liderazgo y ampliar su capacidad empresarial con sus contrapartes estadounidenses.
Objetivo del programa
El objetivo de la YLAI es desarrollar el conocimiento, las habilidades y la capacidad de contacto de los jóvenes líderes del hemisferio occidental.
La iniciativa también pretende ampliar los lazos entre los emprendedores de negocios y sociales más prometedores de América Latina, el Caribe y Canadá con sus colegas de Estados Unidos.
Para Kimberly estos programas fueron un gran apoyo para hacer crecer su negocio y darle un mejor enfoque a su plan empresarial.
La emprendedora utiliza las redes sociales para ofertar sus productos, las promociones y las entregas las realiza personalmente o con una plataforma de envíos.
A través del conocimiento que ha adquirido en estos programas, la pequeña empresaria espera potenciar aún más su negocio y generar más empleos en el país.
“Mi proyección es hacer crecer el negocio, pero también con impacto social, para que las personas se cuiden la piel y evitar enfermedades, además potenciar empoderamiento de la mujer. Quiero generar empleos y así ayudar a dinamizar la economía en el país”, concluyó.